Las fuerzas de seguridad iraníes hicieron el domingo un gran despliegue en la capital del país en previsión de nuevas protestas, después de que su Guardia Revolucionaria reconoció haber derribado accidentalmente a un avión de pasajeros en medio de grandes tensiones con Estados Unidos.
Policías antimotines con ropas negras y cascos se congregaron en la Plaza de Vali-e Asr, en la Universidad de Teherán y otros lugares emblemáticos, mientras circulaban convocatorias de protestas para unas horas más tarde.
Miembros de la Guardia Revolucionaria patrullaban en motocicletas y agentes vestidos de civil recorrían la ciudad. La gente miraba al suelo al pasar deprisa junto a la policía, tratando de no llamar la atención.
Las 176 personas que iban a bordo, en su mayoría iraníes y canadienses-iraníes, murieron al estrellarse el avión. Tras culpar en un principio a un fallo técnico e insistir que no era culpa de las fuerzas armadas, las autoridades admitieron finalmente el sábado que habían derribado la aeronave por error, ante pruebas y acusaciones de gobiernos occidentales.
El avión fue derribado mientras Irán se preparaba para posibles represalias tras lanzar misiles balísticos a dos bases en Irak que acogían a tropas estadounidenses. El ataque con misiles, que no causó víctimas, era una respuesta a la muerte del general Qassem Soleimani, el comandante más importante de Irán, en un ataque aéreo perpetrado por los estadounidenses en Bagdad.
Los iraníes han expresado su indignación por el derribo del avión y las explicaciones engañosas de las autoridades ofrecidas tras la tragedia. También han expresado su dolor por los fallecidos, entre los que había muchos jóvenes con futuros prometedores que estudiaban en el extranjero.
"Incluso hablar de ello hace que se me acelere el corazón y me entristece", dijo Zahra Razeghi, residente en Teherán. "Me avergüenzo cuando pienso en sus familias".
"La negación y ocultar la verdad en los últimos tres días agravaron mucho el sufrimiento y el dolor de las familias y el mío", añadió la mujer.
Un hombre que solo se identificó como Saeed comentó que los medios, en su gran mayoría dependientes del estado, ocultaron la causa del siniestro por "motivos políticos".
"Acontecimientos posteriores cambiaron el panorama y tuvieron que decir la verdad", añadió.
Cientos de estudiantes se reunieron el domingo en la Universidad Shahid Beheshti para recordar a las víctimas y protestar contra las autoridades por ocultar la causa del choque, según la agencia de noticias semioficial ISNA. Más tarde se dispersaron de forma pacífica.
En tanto, algunas personas, incluido el ministro de Exteriores Mohammad Javad Zarif, expresaron su aflicción publicando imágenes completamente negras en sus cuentas de Instagram.
El presidente Donald Trump, que ha expresado su apoyo a las últimas protestas contra el gobierno de Irán, se dirigió a las autoridades del país con un tuit que decía: "No maten a sus manifestantes".
"El mundo los está viendo. Y más importante, Estados Unidos de América está viendo", escribió.