Un tanto debilitado en fuerza pero no en poder de destrucción el huracán Irene azotó este sábado las costas de Carolina del Norte y de Virginia con fuertes vientos y torrenciales lluvias y un saldo de al menos cuatro muertos y casi un millón de personas sin electricidad en los dos estados.
El Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU. informó que el ojo del huracán tocó tierra poco antes de las 8 de la mañana cerca de la localidad de Lookout, en Carolina del Norte, con fuerza uno en la escala Saffir-Simpson, y vientos estimados en 140 kilómetros por hora.
El presidente Barack Obama declaró el estado de emergencia este sábado en el estado de Maryland y ordenó el envío de ayuda suplementaria federal de emergencia a las autoridades locales para hacer frente a los estragos que cause el huracán.
Nueva York ha comenzado a preparase para lo peor cerrando el mayor sistema de trenes subterráneos del país y la llegada de vuelos a los cinco aeropuertos principales, según informó la agencia Associated Press.
El alcalde Michael Bloomberg pidió a los ciudadanos en zonas de riesgo que evacuen la ciudad de inmediato, ya que no tiene recursos suficientes para evacuar a todos en caso de que empeoren las condiciones climatológicas. Sólo de Nueva Jersey evacuaron más de un millón de personas.
"Quedarse es peligroso y una locura y va contra la ley, por lo que pedimos a todos los que se encuentren en la zona de evacuación que no esperen hasta que lleguen los vientos huracanados", afirmó en una conferencia de prensa en Coney Island al llegar las primeras lluvias torrenciales. "El momento de marcharse es ahora mismo".
Se espera que el huracán mantenga un rumbo norte-noreste en las próximas 24 horas a una velocidad de traslación de cerca de 22 kilómetros por hora, y que se mueva a través del este de Carolina del Norte, y que en la noche esté cerca o sobre la costa atlántica dirigiéndose hacia el sur de Nueva Inglaterra.
El Centro Nacional de Huracanes dijo que se espera que Irene "permanezca como huracán mientras se mueva a lo largo de la costa del Atlántico medio el domingo".
El presidente Obama convocó en la Casa Blanca a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, al director de FEMA, la agencia federal para el manejo de emergencias, y a otros altos funcionarios gubernamentales para evaluar la situación a lo largo del trayecto del huracán.
El presidente aseguró que todos los servicios de emergencia están coordinados y el país está preparado para hacer frente al huracán. Además, instó a la población que se encuentre en la senda prevista de Irene que tome precauciones.
"Cuanto más puedan hacer para preparase ahora, más rápido podremos concentrarnos en la atención en el momento dado. Si no sabe cómo prepararse visite nuestra página www.listo.gov".
El mandatario estadounidense acortó en un día sus vacaciones para llegar a la Casa Blanca antes de que el huracán golpee Washington.
"El presidente decidió que era prudente regresar a la Casa Blanca esta noche", dijo Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca.
Por su parte, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, dijo a los periodistas que el Estado está "tomando esta tormenta muy seriamente". "Anticipamos una cantidad significativa de cortes de electricidad con esta particular tormenta", agregó.
Cruz Roja está preparada
“Este huracán posiblemente afecte toda la costa Este. La Cruz Roja ya ha ubicado anticipadamente más de 200 vehículos de emergencia y muchos voluntarios, decenas, debería decir centenares de voluntarios. Ciertamente estamos vigilando esto minuto a minuto, hora tras hora”, indicó el portavoz de la Cruz Roja estadounidense, Chris Osborne, a la Voz de América desde la costa de Carolina del Norte.
El principal peligro de Irene son las inundaciones y la caída de árboles, que afectaría también el sistema de transporte público, advirtieron responsables.
El último huracán que recibió Nueva York fue Gloria, en 1985, según indicó Dennis Feltgen, portavoz del Centro Nacional de Huracanes. "Este caso es diferente, porque se trata de un huracán lento, que puede causar impactos durante un período más largo y en áreas más amplias", estimó.
"Puede que las ciudades reciban impactos directos, incluyendo Washington DC, Baltimore, Nueva York o Boston. La amenaza a la que deben hacer frente es muy grande", concluyó Feltgen.
Irene es el primer huracán en amenazar a Estados Unidos en tres años y el segundo desastre natural que afecta la costa este esta semana, después que el martes se registrara el mayor terremoto en más de un siglo en la región, estremeciendo a muchos residentes de la zona este del país que ahora están en el paso de la tormenta.