El huracán Irma recuperó la categoría 5 el viernes por la noche tras golpear Cuba, luego bajó de nuevo a categoría 4 el sábado por la mañana e hizo un pequeño giro hacia el oeste que podría salvar a Miami y Fort Laudarle, en Florida, de un impacto directo, pero aumenta el peligro para Tampa.
Se espera que el huracán llegue a los cayos de Florida el domingo en la madrugada fortalecido nuevamente tras salir de Cuba. Sus vientos podrían alcanzar los 257 kilómetros por hora.
Más de seis millones de personas en Florida y Georgia recibieron aviso de que evacuaran sus casas y quienes todavía no la habían hecho trataban desesperadamente de salir en medio de ingentes congestionamientos y escasez de gasolina.
La mayoría hizo caso de las advertencias. Los reporteros de la Voz de América en Miami, Gesell Tobías y José Pernalete, que cubren la llegada de Irma, reportaron los puertos cerrados, calles y autopistas desoladas en Miami Beach, el centro de la ciudad y en lugares como Kendall, al suroeste de la ciudad.
El gobernador Rick Scott dijo el sábado por la mañana que Irma es “una tormenta increíblemente masiva y destructiva. Es asesina”.
“Se está haciendo tarde… si no estás de camino saliendo de la costa oeste antes del mediodía, necesitas ir a un refugio, la casa de un amigo si estás en una zona de evacuación.
El gobernador dijo que lo más le preocupa es la marejada que pueda producir el huracán —de 3 metros de altura. “Piensen en eso… Esto no se puede sobrevivir”, subrayó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en un comunicado por vídeo que Irma es una tormenta “de potencial destructivo histórico” y pidió a la población que haga caso a las recomendaciones de las autoridades.
Su propiedad de Mar-a-Lago en Palm Beach también recibió la orden de evacuación.
Estela de devastación
En su camino desde el Este, Irma devastó algunos de los complejos tropicales más exclusivos del mundo, conocidos por su agua azul turquesa y su frondosa vegetación. Entre ellos estaban San Martín, San Bartolomé, Santo Tomás, Barbuda y Anguilla.
Irma destrozó casas, tiendas, carreteras y escuelas. Provocó cortes de luz, de agua y de conexión telefónica; atrapó a miles de turistas y despojó a los árboles de sus hojas, dejando un inquietando paisaje de devastación salpicado de plazas de metal y madera rota.
El viernes se reportaron saqueos y disparos en San Martín y se impuso un toque de queda en las Islas Vírgenes estadounidenses.
Los meteorólogos advirtieron que el sábado por la mañana que en Cuba seguramente se verían escenas de devastación con Irma como en las otras islas, mientras el huracán se abre paso por la costa norte hacia el Este por las provincias de Sancti Spíritus y Villa Clara, donde se espera que vire al norte hacia Florida.
El pronóstico es que Irma provoque peligrosas olas de hasta tres metros en partes de la costa norte de Cuba y el centro y noroeste de Bahamas.
Segundo golpe
Pero ahora, los residentes de estas zonas también enfrentan la amenaza de otra tormenta mayor, el huracán José.
Se espera que José, una tormenta extremadamente peligrosa que se aproxima a la categoría 5, llegue al noreste del Caribe este sábado, con vientos de hasta 240 kilómetros/hora, dijo el NHC el viernes.
Muchas de las víctimas de Irma huyeron de las islas en transbordadores y botes de pesca por temor al huracán José, una tormenta de categoría 4 con vientos de 240 kmh (150 mph) que podría castigar los mismos lugares este fin de semana.
“No creo que se necesite un genio para saber que un daño adicional es inminente”, dijo el inspector Frankie Thomas, de la Policía Real de Antigua y Barbuda.
En Barbuda, una isla de coral que apenas sobresale 38 metros (125 pies) del nivel del mar, las autoridades ordenaron evacuar a sus 1.400 habitantes a la vecina Antigua.
Once de las 21 muertes reportadas en el Caribe oriental a causa de Irma se registraron en San Martín y Bartolomé, cuatro en las Islas Vírgenes estadounidenses, cuatro en las Islas Vírgenes británicas, una en Anguilla y otra en Barbuda.
Además, un surfista profesional de 16 años se ahogó el martes en Barbados cuando surfeaba grandes olas generadas por Irma.