El presidente israelí, Reuven Rivlin, inició este domingo sus consultas para decidir quién, entre Benjamin Netanyahu o Benny Gantz, será el encargado de formar un gobierno de coalición que saque a Israel del actual punto muerto tras unas elecciones sin claro vencedor.
El partido centrista Kahol Lavan (“Azul-blanco”) de Benny Gantz obtuvo 33 escaños de los 120 del Parlamento en las legislativas del martes, contra 31 para el Likud (derecha) de Netanyahu, primer ministro saliente y con más tiempo en el poder en la historia de Israel.
Contando sus aliados naturales o probables, Benny Gantz podría obtener hasta 57 diputados y Netanyahu 55. Ningunos de los dos es capaz de llegar a los 61 parlamentarios, umbral de la mayoría absoluta en la Knéset (parlamento israelí).
El presidente Rivlin, cuyo cargo es casi simbólico, tendrá un rol político clave en los próximos días al designar a quien se le encargará la formación de un gobierno.
En Israel, la constitución del gobierno no incumbe de facto al jefe de partido que obtuvo más escaños, sino que es objeto de consultas entre el presidente y los partidos, que recomiendan a candidatos.
El presidente no necesariamente debe elegir a la personalidad política que tenga más recomendaciones, y puede fiarse de su instinto.
Aunque Benjamin Netanyahu y Benny Gantz son los favoritos, el presidente podría optar también por una tercera vía, aún no conocida.
Las consultas comenzaban a las 17H00 (14H00 GMT) en las oficinas del presidente en Jerusalén y proseguirán el lunes. Se espera una decisión esta semana entrante.
El voto árabe
Los partidos desfilarán unos tras otros por las oficinas de Rivlin, en orden según su resultado electoral.
Los aliados de Benny Gantz serán los primeros este domingo, seguidos por el Likud de Netanyahu, la “Lista unida” de los partidos árabes israelíes de Ayman Odeh, el partido ultraortodoxo Shass y la formación nacionalista laica Israel Beitenu de Avigdor Lieberman. El lunes seguirán las formaciones menores.
Dos hombres pueden desempeñar un rol esencial: Ayman Odeh y Avigdor Lieberman.
La lista árabe de Odeh, propulsada tercera fuerza política de Israel tras las legislativas, ya indicó claramente que no apoyaría a Netanyahu, aunque no precisó si se decantaría por Gantz.
EL martes, el jefe de la lista árabe hizo sin embargo una declaración interesante para Benny Gantz, que ya terminó empatado con Netanyahu en las legislativas de abril, ahora repetidas al no haber permitido entonces la formación de un gobierno.
“(…) Tras la elección (de abril) hablé con él y le dije que su campaña había sido racista, cuando decía que no iba a sentarse con los árabes” relató Odeh. “Le pedí que cambiara de orientación. Y es exactamente lo que ha hecho” en la campaña para estas segundas elecciones, agregó.
El factor Lieberman
Otro personaje clave es Avigdor Lieberman. Este ex ministro de Defensa, antiguo aliado de Netanyahu, ha hecho campaña contra los partidos judíos ultraortodoxos, aliados del primer ministro, a los que reprocha intentar convertir a Israel en una teocracia judía.
Lieberman, también hostil a los partidos árabes, quiere formar un gobierno de unión con el partido “Azul-blanco” de Gantz y con el Likud de Netanyahu, pero de momento rehúsa apoyar a uno o a otro para dirigir el gobierno.
Para Netanyahu, la supervivencia política depende del resultado de estas consultas. Tras haberse jugado el todo por el todo en las elecciones del martes, puede acabar perdiendo su apuesta, algo inusual en su larga carrera política.
Y estas consultas son tanto más importantes en tanto debe ser interrogado por la justicia a principios de octubre por, presuntos casos de “corrupción”, “malversaciones” y “abuso de confianza”.
Netanyahu, llamado el “rey Bibi”, busca obtener una inmunidad del Parlamento si es que fuera encausado, pero esta inmunidad sería más difícil de conseguir de parte de los parlamentarios si no dirige al próximo gobierno.