La policía paramilitar italiana anunció este lunes que había detenido al fugitivo más buscado de Italia. El capo condenado de la mafia siciliana Matteo Messina Denaro fue detenido en una clínica de Palermo, Sicilia, tras 30 años prófugo.
Messina Denaro fue capturado en una clínica donde recibía tratamiento por un problema de salud no revelado, informó el general de carabineros Pasquale Angelosanto, quien dirige el equipo de operaciones especiales de ese cuerpo policial.
Una fotografía policial mostraba a Messina Denaro sentado en una camioneta de la policía vestido con una chaqueta marrón de cuero, un gorro blanco y sus habituales gafas oscuras. Su rostro se veía pálido. Inmediatamente después de su arresto, la policía lo trasladó a un lugar secreto, según la televisión estatal italiana.
Messina Denaro, que estaba prófugo desde su juventud, tiene ahora 60 años. Incluso como fugitivo, estaba considerado como el jefe supremo de la mafia siciliana, y era el último de los tres capos prófugos que eludieron la captura por décadas.
Enfrenta varias cadenas perpetuas tras ser juzgado en ausencia y condenado por decenas de asesinatos.
Entre los delitos hay dos atentados con bombas en Sicilia en 1992 que asesinaron a los destacados fiscales contra el crimen organizado Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. También fue condenado por otros crímenes macabros, como el asesinato del hijo pequeño de un delator de la mafia. El niño fue estrangulado y su cuerpo disuelto en ácido.
Precisamente hace 30 años y un día se capturó al llamado “capo de capos”, Salvatore “Toto” Riina, en un apartamento de Palermo tras 23 años prófugo.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, tuiteó que la captura era “una gran victoria para el estado, que demuestra que no se rinde ante la Mafia”.
El líder mafioso italiano que más tiempo estuvo fugado fue Bernardo Provenzano, capturado en una casa de labranza cerca de Corleone, Sicilia, en 2006 tras 38 años en la clandestinidad.
Una vez que Provenzano estuvo detenido, la búsqueda se centró en Messina Denaro, que consiguió eludir el arresto pese a los numerosos reportes de avistamientos. Hasta el lunes.
Que los tres capos fueran detenidos en el corazón de Sicilia donde vivieron durante décadas no sorprende a la policía ni la fiscalía italiana.
Las autoridades han dicho por años que esos jefes del crimen organizado dependen de los contactos y la confidencialidad de otros mafiosos y familiares cómplices para llevar a los fugitivos de un escondite a otro, cubrir sus necesidades básicas como comida, ropa limpia y comunicación, y a un código de silencio conocido como “omertà”.
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