El cantante Michael Jackson murió de niveles letales del poderoso anestésico propofol.
Según documentos judiciales dados a conocer en Houston, Texas, el despacho forense del Condado de Los Angeles llegó a esa conclusión tras haber conducido la autopsia correspondiente.
Se sigue investigando el uso de los medicamentos recetados que Jackson usaba, así como el papel de su médico personal, Conrad Murray.
El galeno admitió que proporcionó a Jackson una combinación de propofol y otros medicamentos el día que falleció.
Murray, quien tiene un consultorio en Houston, ha dicho que trataba a Jackson por insomnio.
La Dirección de Control de Drogas de Estados Unidos, DEA, dio a conocer que no posee registros de que el doctor Murray haya ordenado, adquirido, u obtenido el potente anestésico propofol.