Los líderes de defensa de Estados Unidos se reunieron este martes con el ministro de Defensa de Israel, mientras Estados Unidos advierte contra una invasión por tierra en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, pero las crecientes tensiones entre ambos aliados ponen en entredicho cualquier avance.
Al inicio de la reunión en el Pentágono, el secretario de Defensa Lloyd Austin dijo que hablarían de formas alternativas de hacer frente a Hamás en Rafah, y describió las bajas civiles en Gaza como “demasiado altas” y las entregas de ayuda como “demasiado bajas”. Pero también repitió la creencia de que Israel tiene derecho a defenderse y que Estados Unidos siempre estará ahí para ayudar.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí Yoav Gallant, enfatizó las constantes amenazas a Israel y dijo que en la reunión se abordarían formas de destruir a Hamás y liberar a los rehenes israelíes, así como planes para lograr que los desplazados vuelvan a sus casas.
Austin no mencionó amenazas de limitar o condicionar la ayuda militar futura a Israel al logro de avances humanitarios, un sentimiento creciente entre los miembros del Congreso y otras personas. Y Gallant solo dijo que la reunión incluiría discusiones sobre la importante cooperación entre ambos países para “garantizar la ventaja y las capacidades militares de Israel”.
La reunión, en la que también participó el general CQ Brown, jefe del Estado Mayor Conjunto, se produce en medio de un aumento en las tensiones entre Estados Unidos e Israel, derivadas de la frustración mundial generalizada por la creciente crisis humanitaria en Gaza y la discordancia política que rodea a los esfuerzos para lograr un alto al fuego.
El lunes, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu canceló abruptamente una visita de alto nivel a Washington, que se realizaría esta semana, en protesta contra la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU de llamar a un cese el fuego inmediato. Estados Unidos se abstuvo, decidiendo no usar su poder de veto, y la resolución fue aprobada por 14 votos a favor y cero en contra.
Israel señala que no puede derrotar a Hamás sin entrar en Rafah, donde afirma que el grupo tiene cuatro batallones compuestos por miles de combatientes. Sin embargo, oficiales estadounidenses presionan a Israel para que renuncie a una invasión por tierra y considere otras formas de derrotar a Hamás.
La resolución del Consejo de Seguridad pide un cese el fuego durante el mes sagrado musulmán del Ramadán. Netanyahu acusó a Estados Unidos de “retirarse” de una “postura con principios” al permitir la aprobación del voto sin condicionar el cese el fuego a la liberación de los rehenes.
La disputa es una señal de erosión en las relaciones entre Estados Unidos e Israel que ha estado bajo el microscopio por meses mientras continúa el ataque militar contra Hamás, aumentando la crisis humanitaria en Gaza.
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