En la noche del 7 de septiembre de 2019, la vida de Juan Pablo Dos Santos, que entonces tenía 20 años, cambió para siempre. Un terrible accidente con unos motorizados en Caracas, Venezuela, le arrebató las dos piernas.
“No recuerdo todo con claridad. Recuerdo que me desperté tres días después y me di cuenta de que me faltaban las dos piernas”, explicó el joven durante una entrevista con la Voz de América en Miami, Florida.
Ahí empezó un proceso “muy duro, con más de 40 días en la clínica”.
“Fueron momentos muy duros, especialmente los primeros días porque empiezas a verte de una manera diferente. Me preguntaba si iba a ser una persona normal y cómo me verían los demás”, relató.
Una tragedia en un sistema sanitario debilitado
A su drama se tenía que sumar que el accidente ocurrió en Venezuela, un país sumido en una grave crisis política y económica que cuenta con un sistema de salud muy debilitado.
“No solo teníamos que luchar contra el proceso físico, sino también con el proceso económico. No contábamos con los recursos para pagar toda la cuenta de la clínica, tampoco podíamos costear la prótesis”, recordó.
En el momento del accidente, además, tampoco tenía seguro médico, lo que empeoraba aún más las cosas. “El hecho de pagar 40 días de hospitalización, 16 intervenciones quirúrgicas, clavos, tornillos, placas… todo eso era muy complicado”, dijo poniendo de ejemplo que si su mamá hubiera vendido su negocio y su casa no hubiera sido suficiente para costear todo el tratamiento.
“Esa es la realidad que vive la mayoría del país”, añadió, agradecido por la cantidad de gente que colaboró con donaciones para pagar su recuperación médica.
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De las mejores crisis se saca lo mejor
Lejos de “victimizarse”, Juan Pablo vio en su lamentable situación la posibilidad de “motivar a otros” con su experiencia y “dar a entender que de las peores crisis, a veces, también se saca lo mejor que llevas dentro”.
Es por eso que repite una y otra vez que su discapacidad no ha supuesto ningún obstáculo para él. De hecho, ahora, con 22 años, se ha convertido en un popular modelo e ‘influencer’ en las redes sociales. En Venezuela, ya ha lanzado algunas campañas publicitarias, pero para él la belleza no tiene nada que ver con ser atractivo a simple vista.
“Para mí la belleza es eso que no necesitamos ni abrir los ojos para verlo, y yo lo ligo mucho con la actitud. Creo que la actitud y la belleza van de la mano, porque muchas veces nos pasa con personas que al cabo de dos minutos de conocerlas ya decimos que son muy bellas, y no siempre es por su aspecto físico, sino por sus energías, sus mensajes positivos y sus formas de vivir la vida”, explicó.
Modelo e influencer
Dos Santos ya se dedicaba al modelaje antes del fatídico episodio en la carretera. Después de todo, quería seguir con ello. Así que cuando empezó su evolución con las prótesis en las piernas también cambió su estilo de vida. “Decidí cambiar mi forma física nuevamente y comencé a hacer muchísimo entrenamiento, a comer saludable”, relató.
A partir de ese momento, incluso más marcas empezaron a fijarse en él y acabó participando en un concurso de belleza en el que salió ganador.
“Es chistoso que la persona que tiene el cuerpo incompleto sea la que ganara el mejor cuerpo. Pero creo que ahí está lo bonito de todo esto, creo que enviamos un mensaje muy positivo a todas las personas”.
Echando la vista atrás, el joven asegura que nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de su familia y de muchas otras personas que, desinteresadamente, lo apoyaron económicamente para financiar el costo del tratamiento médico.
“Siempre lo digo, fue un trabajo en equipo, porque sin todas las personas que estuvieron a mi lado apoyándome, que fueron miles, desde la persona que puso un dólar en mi campaña de recolección para que hoy yo pueda estar acá hasta la persona anónima. Todos”, explica emocionado.
“Quiero que estén orgullosas, quiero que cada una de esas personas que se sacrificó por verme bien piense que valió la pena. Eso también me empuja muchísimo a seguir adelante”.
¿Una persona normal sin piernas?
Juan Pablo insiste en “que los monstruos que nosotros nos hacemos en la cabeza son muchísimo peores que los que están aquí en la vida real” al preguntarle si él, en algún momento, había llegado a pensar que su vida no tenía ningún sentido.
“Me preguntaba cómo iba a volver a ser una persona normal, cómo iba a salir a un bar con mis amigos, cómo iba a salir a un restaurante con mi familia, cómo iba a volver a ser normal. Además, teniendo en cuenta que en la mayoría de los lugares de mi país no están adaptados para una silla de ruedas”.
Y es que el pronóstico que le había dado uno de los médicos no era nada favorable. “Un protesista llegó a la clínica y me dijo: ‘Quiero serte sincero y tú vas a pasar entre 2 y 3 años en volver a dar tus primeros pasos. Tienes que entender tus limitaciones y aceptarlas”.
“Cuando él salió por la puerta, comencé a llorar y le preguntaba a mi mamá que quién se creía él para decirme cuál eran mis tiempos”.
Y al final, Juan Pablo Dos Santos tenía razón. Porque tres meses después estaba en Brasil dando sus primeros pasos.
“Las cosas buenas o malas que nos dicen las personas, nosotros decidimos cómo tomarlas. Eso me pudo haber empujado hasta el fondo del lago y dejarme allí abajo esperando tres años para volver a levantarme. Pero, al contrario, despertó mi rebeldía y me hizo querer demostrar a todas esas personas que decían que no iba a poder, que sí podía. Y que si fracasaba, por lo menos lo iba a intentar”, describió.
Su ejemplo, motivación para otros
Es por eso que quiere que su experiencia de vida sirva de ejemplo para ayudar a otras personas que quizás estén pasando por la misma situación que él hace un par de años.
Después de todo, asegura que está viviendo la mejor etapa de su vida. Entre sus planes de futuro está el de publicar un libro y seguir dando conferencias para inspirar a otros.
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