Un estudio realizado por el gobierno de Estados Unidos desveló que la conducta de los jóvenes homosexuales y bisexuales, es mucho más riesgosa que la de los heterosexuales.
El informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), basado en encuestas anónimas realizadas a 156,000 estudiantes de secundaria, es el más grande realizado por el gobierno estadounidense, examina la orientación sexual y el comportamiento de los adolescentes.
Los investigadores hicieron preguntas relacionadas al consumo de alcohol, cigarrillos, consumir drogas e intentar suicidarse. Los estudiantes gays, lesbianas y bisexuales reportaron un comportamiento peor en entre la mitad y 90% de las categorías, dependiendo del lugar de la encuesta.
Del total general de los encuestados, entre el 8 y 19% de los estudiantes heterosexuales dijeron que fumaban cigarrillos, mientras que el porcentaje aumenta entre el 20 a 48% de los estudiantes gays y lesbianas que respondieron que sí fuman.
Entre 4 y 10% de los estudiantes heterosexuales dijeron que intentaron suicidarse en el último año. Para los estudiantes gays y lesbianas, el resultado fue de entre 15 y 34%. Para los estudiantes bisexuales, fue de entre 21 y 32%.
Verse delgado fue otro de los temas de importancia para los encuestados. Entre el 3 y 6% de los estudiantes heterosexuales dijeron que vomitaron o usaron laxantes para perder peso o mantenerse delgados. Para los estudiantes gays y lesbianas, el resultado fue de entre 13 y 20%. Para los estudiantes bisexuales, fue entre 12 a 17,5%.
Los especialistas del CDC no saben con certeza por qué el comportamiento de los gays, lesbianas y bisexuales es peor que el de los heterosexuales. El estudio no preguntó a los jóvenes por qué fumaban o intentaban suicidarse o hacían otras cosas peligrosas.
Pero los estudiantes gays, lesbianas y bisexuales enfrentan el estigma y el rechazo social.
"Muchos comportamientos riesgosos se relacionan a cómo la gente se ve a sí misma y al ambiente en que se encuentran", dijo la autora principal del estudio, Laura Kann, de la división de la salud juvenil y escolar de los CDC.
Los estudios se hicieron entre 2001 y 2009.