La jueza federal que supervisa el caso de interferencia en las elecciones de 2020 contra Donald Trump en Washington impuso el lunes una orden mordaza parcial, prohibiendo al expresidente republicano hacer declaraciones dirigidas a los fiscales, posibles testigos y personal de la corte.
La orden de la jueza de Distrito de EEUU Tanya Chutkan marcó un paso importante en el caso federal que acusa a Trump de conspirar ilegalmente para revertir su derrota en las elecciones de 2020 frente al demócrata Joe Biden. Es la restricción más seria que un tribunal ha impuesto a la retórica incendiaria de Trump, que se ha convertido en el centro de su campaña llena de agravios para regresar a la Casa Blanca mientras enfrenta cargos penales en cuatro casos.
La orden puede poner fin a una línea de ataque que Trump ha hecho central en su campaña para la nominación presidencial del Partido Republicano en 2024. Sin embargo, puede ser solo el comienzo de una lucha sin precedentes sobre los límites que se pueden imponer al discurso de un acusado que también está haciendo campaña para el cargo público más alto de Estados Unidos.
En una publicación en redes sociales poco después de la audiencia en el tribunal federal de Washington, Trump prometió apelar. Durante una aparición en la campaña en Iowa más tarde el lunes, Trump criticó la orden como inconstitucional y afirmó que solo lo ayudaría en las encuestas.
Hablando desde el estrado, Chutkan dijo que Trump tiene derecho a criticar al Departamento de Justicia en general y afirmar su creencia de que el caso tiene motivaciones políticas, pero no puede llevar a cabo una "campaña difamatoria" contra los fiscales y el personal de la corte.
"Ningún otro acusado penal se le permitiría hacerlo, y no lo permitiré en este caso", dijo Chutkan.
[Artículo en base a reporte de The Associated Press]
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