El secretario de Estado, John Kerry, dijo que pedirá a China aumentar la presión sobre el régimen de Corea del Norte, para que detenga sus controversiales ensayos nucleares.
China representa un vital soporte económico para Corea del Norte, y Kerry pedirá que use esa ventaja para tratar de convencer a Pyongyang de parar las pruebas, consideradas como provocativas por las potencias mundiales.
También, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, el apoyo chino es crucial para la aprobación de las sanciones en contra de Corea del Norte.
El problema, según los analistas, es que China parece dubitativo por un conflicto de intereses nacionales.
“Para China, el reto es balancear la necesidad de castigar a Corea del Norte con sus preocupaciones sobre la estabilidad” en la región, dice Scott Snyder, una analista de asuntos coreanos en el Consejo para las Relaciones Internacionales.
“Quieren empujar, pero no quieren empujar tanto”, agrega Snyder sobre China.
El subsecretario de Estado, Tony Blinken, se adelantó al viaje de Kerry, para discutir la acción norcoreana con sus contrapartes japonesa y surcoreana.
Blinken dijo que EE.UU. y sus aliados en la región se mantienen firmemente unidos “en la condena a esta prueba, y en nuestra disposición de hacer pagar las violaciones [norcoreanas] a sus obligaciones internacionales”.