El presidente Vladimir Putin no está preparado para tomar ninguna decisión sobre la región de Crimea hasta después del referendo del domingo.
Así lo comunicó el canciller ruso, Sergei Lavrov, al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, con quien se reunió durante seis horas en Londres, tras las cuales indicó que no hay “visión común” entre Washington y Moscú.
Kerry dijo que “habrá consecuencias” si Putin no halla la manera de cambiar curso” y subrayó que no lo decía “por amenazar, sino por advertir que habrá consecuencias”.
“Habrá una respuesta aún mayor si Rusia amenaza al pueblo ucraniano”, si envían fuerzas a Ucrania oriental.
La reunión se llevó a cabo en la residencia del embajador de Estados Unidos en Londres, dos días antes de un referendo que podría determinar la anexión de la Península ucraniana de Crimea a Rusia.
Moscú dice que los votantes de Crimea tienen derecho a la autodeterminación, luego del colapso del gobierno pro-ruso en Ucrania el mes pasado. El jueves, Moscú reconoció que ha emplazado miles de soldados más y equipo militar adicional cerca de la frontera ucraniana para maniobras que continuarán por dos semanas.
En Washington un funcionario del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos está muy preocupado por el emplazamiento, que es adicional a los 20.000 efectivos rusos que Kerry calcula ya están en Crimea.
El funcionario dijo que es la segunda vez en un mes que "Rusia ha decidido emplazar gran número de fuerzas en poco tiempo sin mucha transparencia alrededor de las fronteras orientales de Ucrania".
Kerry también se reunió con el canciller británico William Hague y con el Primer Ministro David Cameron antes de su encuentro con Lavrov.
El jueves, el primer ministro interino ucraniano Arseniy Yatsenyuk confrontó al embajador ruso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Vitaly Churkin, preguntándole directamente si "los rusos querían guerra", a lo que Churkin respondió que ni su gobierno ni su pueblo quiere guerra y "estoy convencido de que los ucranianos no quieren esto tampoco, No queremos complicar más la situación", señaló.
Así lo comunicó el canciller ruso, Sergei Lavrov, al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, con quien se reunió durante seis horas en Londres, tras las cuales indicó que no hay “visión común” entre Washington y Moscú.
Kerry dijo que “habrá consecuencias” si Putin no halla la manera de cambiar curso” y subrayó que no lo decía “por amenazar, sino por advertir que habrá consecuencias”.
“Habrá una respuesta aún mayor si Rusia amenaza al pueblo ucraniano”, si envían fuerzas a Ucrania oriental.
La reunión se llevó a cabo en la residencia del embajador de Estados Unidos en Londres, dos días antes de un referendo que podría determinar la anexión de la Península ucraniana de Crimea a Rusia.
Moscú dice que los votantes de Crimea tienen derecho a la autodeterminación, luego del colapso del gobierno pro-ruso en Ucrania el mes pasado. El jueves, Moscú reconoció que ha emplazado miles de soldados más y equipo militar adicional cerca de la frontera ucraniana para maniobras que continuarán por dos semanas.
En Washington un funcionario del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos está muy preocupado por el emplazamiento, que es adicional a los 20.000 efectivos rusos que Kerry calcula ya están en Crimea.
El funcionario dijo que es la segunda vez en un mes que "Rusia ha decidido emplazar gran número de fuerzas en poco tiempo sin mucha transparencia alrededor de las fronteras orientales de Ucrania".
Kerry también se reunió con el canciller británico William Hague y con el Primer Ministro David Cameron antes de su encuentro con Lavrov.
El jueves, el primer ministro interino ucraniano Arseniy Yatsenyuk confrontó al embajador ruso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Vitaly Churkin, preguntándole directamente si "los rusos querían guerra", a lo que Churkin respondió que ni su gobierno ni su pueblo quiere guerra y "estoy convencido de que los ucranianos no quieren esto tampoco, No queremos complicar más la situación", señaló.