Las tensiones en Ucrania se han agravado en las últimas horas con fuertes declaraciones de líderes rusos y occidentales, y la aseveración del primer ministro ucraniano, Arseniy Yatseniuk, de que Rusia quiere iniciar una Tercera Guerra Mundial al intentar ocupar a su país “militar y políticamente”.
En una intervención ante el gabinete de gobierno y transmitidas en vivo por la televisión ucraniana, Yatseniuk dijo que “los intentos por crear un conflicto militar en Ucrania van a llevar un conflicto militar en toda Europa”, agregado que “el mundo todavía no ha olvidado la Segunda Guerra Mundial, y ahora Rusia quiere comenzar una tercera guerra”.
Sus palabras fueron precedidas por la advertencia rusa de que Kiev se las verá con la justicia por “su brutal crimen” en el este de Ucrania, donde el jueves las fuerzas ucranianas mataron a unos cinco rebeldes prorrusos.
El ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo el viernes que "Occidente quiere –y así es como comienza esto—tomar el control de Ucrania debido a sus propias ambiciones políticas, no porque le interese el pueblo ucraniano".
En Seúl, el presidente Barack Obama dijo el viernes que hablará con sus colegas europeos durante el día para hablar sobre los últimos acontecimientos y sobre la preparación para imponer nuevas sanciones a Rusia si la violencia sigue escalando.
“Lo que hemos estado tratando de hacer es continuamente llamar la atención sobre la causa de las acciones de Rusia mientras dejamos la posibilidad de que se muevan en una dirección diferente. Y mantendremos algunas opciones ante la eventualidad de que veamos un mayor deterioro de la situación durante los próximos días o semanas”, dijo Obama.
Sus comentarios hicieron eco a los del secretario de Estado, John Kerry, quien acusó a Rusia de no tomar “ni un solo paso concreto” para aplacar la crisis ucraniana y advirtió que el rechazo de Moscú por detener a los separatistas prorrusos podría resultar ser “no solo un grave error sino también un caro error”.
El fuerte intercambio de acusaciones es la continuación de las tensiones a lo largo de la frontera entre Rusia y Ucrania, donde los rusos han acumulado una enorme fuerza militar. Un diplomático ucraniano ante las Naciones Unidas dijo a la Voz de América, que Moscú ha duplicado su presencia militar en la frontera, la cual es ahora de unos 80.000 soldados.
Rusia ordenó la realización de nuevas maniobras militares el jueves como resultado de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y separatistas prorrusos, que dejó varios militantes muertos en la ciudad de Slovyansk.
Este viernes, la agencia de calificación de crédito Standard & Poor´s bajó la calificación de Rusia a triple B menos, poniendo de manifiesto los riesgos de las políticas de Rusia en Ucrania.
S&P dijo que estaba preocupada por la creciente cantidad de capital que está saliendo de Rusia e indicó que la calificación podría reducirse más si las sanciones se hacen más estrictas.
En una intervención ante el gabinete de gobierno y transmitidas en vivo por la televisión ucraniana, Yatseniuk dijo que “los intentos por crear un conflicto militar en Ucrania van a llevar un conflicto militar en toda Europa”, agregado que “el mundo todavía no ha olvidado la Segunda Guerra Mundial, y ahora Rusia quiere comenzar una tercera guerra”.
Sus palabras fueron precedidas por la advertencia rusa de que Kiev se las verá con la justicia por “su brutal crimen” en el este de Ucrania, donde el jueves las fuerzas ucranianas mataron a unos cinco rebeldes prorrusos.
El ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo el viernes que "Occidente quiere –y así es como comienza esto—tomar el control de Ucrania debido a sus propias ambiciones políticas, no porque le interese el pueblo ucraniano".
En Seúl, el presidente Barack Obama dijo el viernes que hablará con sus colegas europeos durante el día para hablar sobre los últimos acontecimientos y sobre la preparación para imponer nuevas sanciones a Rusia si la violencia sigue escalando.
“Lo que hemos estado tratando de hacer es continuamente llamar la atención sobre la causa de las acciones de Rusia mientras dejamos la posibilidad de que se muevan en una dirección diferente. Y mantendremos algunas opciones ante la eventualidad de que veamos un mayor deterioro de la situación durante los próximos días o semanas”, dijo Obama.
Sus comentarios hicieron eco a los del secretario de Estado, John Kerry, quien acusó a Rusia de no tomar “ni un solo paso concreto” para aplacar la crisis ucraniana y advirtió que el rechazo de Moscú por detener a los separatistas prorrusos podría resultar ser “no solo un grave error sino también un caro error”.
El fuerte intercambio de acusaciones es la continuación de las tensiones a lo largo de la frontera entre Rusia y Ucrania, donde los rusos han acumulado una enorme fuerza militar. Un diplomático ucraniano ante las Naciones Unidas dijo a la Voz de América, que Moscú ha duplicado su presencia militar en la frontera, la cual es ahora de unos 80.000 soldados.
Rusia ordenó la realización de nuevas maniobras militares el jueves como resultado de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y separatistas prorrusos, que dejó varios militantes muertos en la ciudad de Slovyansk.
Este viernes, la agencia de calificación de crédito Standard & Poor´s bajó la calificación de Rusia a triple B menos, poniendo de manifiesto los riesgos de las políticas de Rusia en Ucrania.
S&P dijo que estaba preocupada por la creciente cantidad de capital que está saliendo de Rusia e indicó que la calificación podría reducirse más si las sanciones se hacen más estrictas.