El presidente Joe Biden tuvo una venta difícil este miércoles en Chicago: convencer a los votantes de que la economía estadounidense está floreciendo y que quienes piensan que está peor desde que el demócrata asumió el cargo, cambien de parecer.
Con el nombre 'Bidenomía', el mandatario presentó un plan que grava a los más ricos para invertir en áreas críticas para la seguridad nacional, como los semiconductores; educar a los trabajadores para ampliar la clase media; y alentar la competencia económica para reducir los costos.
“La economía que crece es la economía de la mitad hacia arriba en lugar de la desde arriba hacia abajo. Cuando eso sucede, a todos les va bien, a los ricos también", dijo Biden. "Esta visión es una ruptura fundamental con la teoría económica que le ha fallado a la clase media estadounidense durante décadas. Se llama economía de goteo.”
El discurso se produjo cuando una nueva encuesta de la agencia Associated Press encontró que solo el 34 %, uno de cada tres adultos estadounidenses, aprueba su liderazgo económico. Esa cifra es incluso más baja que su índice de aprobación general del 41 %.
Cifras que generan frustración en la Casa Blanca, donde sus funcionarios creen que Biden, que se postula para la reelección, no está recibiendo el crédito que merece por un repunte económico de la recesión inducida por el COVID-19.
“Hemos creado 13,4 millones de nuevos puestos de trabajo, más puestos de trabajo en dos años de los que cualquier presidente haya creado nunca. Amigos, no es un accidente”, destacó el mandatario.
Mirando a las cifras, la economía ha mejorado constantemente durante el último año. El desempleo se encuentra cerca de mínimos históricos en 3,7 % y la inflación ha bajado al 4 % desde un máximo del 9,1 % en junio pasado.
Pero los precios siguen subiendo significativamente más rápido que el objetivo de la Reserva Federal del 2 %, una preocupación para los votantes y una línea de ataque para los legisladores republicanos y otros candidatos presidenciales que critican diariamente el trabajo del mandatario.
El presidente Biden tuvo un solo objetivo este miércoles: demostrar que sus acciones funcionan y que, gracias a él, la economía estadounidense está mejor. Con la mirada a las presidenciales de 2024, el demócrata quiso convencer en particular a su propia base, que es la más escéptica sobre su historial económico, a pesar de que las cifras dan muestras de bonanza. Una base que Biden necesita aunar si quiere ganar las elecciones del próximo año, según analistas políticos.