La estrategia de la Casa Blanca para frenar la migración irregular a Estados Unidos desde Centroamérica se centra en la creación de empleos, la inversión económica y el apoyo a los derechos humanos. Los funcionarios de la administración Biden dicen que está mostrando resultados, pero los analistas advierten contra las expectativas poco realistas.
Un fuerte aumento de migrantes que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México representó una crisis política para el presidente Joe Biden al comienzo de su administración. Le pidió a la vicepresidenta Kamala Harris que encabece una estrategia de "causas fundamentales", apostando en gran medida por el uso de inversiones estadounidenses para mejorar las condiciones de vida en tres naciones centroamericanas conocidas como el Triángulo Norte: Honduras, El Salvador y Guatemala.
Los especialistas en migración dicen que reducir la migración irregular a través de inversiones llevará décadas.
"Y creo que este gobierno lo sabe", dijo Ariel G. Ruiz Soto, analista principal de políticas del Instituto de Política Migratoria.
"El problema está en la esfera pública", dijo, explicando que el público espera ver resultados en tiempo real en uno o dos años, "y eso simplemente no es el caso económicamente, incluso si tuviéramos la capacidad de inversión para hacerlo".
Ruiz Soto dice que el éxito de esta estrategia depende de algo más de lo que esté haciendo la Casa Blanca. Necesita que los gobiernos de la región se comprometan a realizar mejoras significativas.
"Por ejemplo, si Microsoft quisiera establecer un centro en Guatemala, no sólo tendría que incluir dinero para construir el edificio, contratar trabajadores, brindar capacitación, sino también una asignación de contrapartida del gobierno guatemalteco para construir las carreteras, tener la infraestructura para la electricidad, tener internet de banda ancha", agregó.
Que no es algo que se pueda lograr en pocos años, acotó Ruiz Soto.
No es nuevo
La estrategia no es nueva. Bajo los expresidentes Barack Obama y Donald Trump, hubo una estrategia de Estados Unidos para la participación en Centroamérica que se centró en pilares similares a los cinco de la estrategia de la administración Biden.
"La diferencia es que están priorizando cosas distintas, pero invertir en Centroamérica con los esfuerzos para reducir la migración irregular no es nuevo", apuntó Ruiz Soto.
En marzo, la Casa Blanca publicó una hoja informativa actualizada que mostraba 5.200 millones de dólares en compromisos financieros de organizaciones privadas. Se espera que la inversión, dijo la Casa Blanca, cree oportunidades económicas en Guatemala, El Salvador y Honduras.
"Y creo que quizás el mejor logro de la administración Biden ha sido que la inversión en Centroamérica se ha vuelto más localizada. Es más específica y se ha vuelto más realista. Pero no se ha vuelto menos política, porque todo el mundo quiere resultados inmediatos, y eso no va a suceder", reiteró Ruiz Soto.
Síntoma de problemas más grandes
Los funcionarios de la administración argumentan que la situación fronteriza es un síntoma de problemas más grandes. Muchos migrantes se ven obligados a viajar hacia Estados Unidos en busca de mejores perspectivas económicas o para escapar de la violencia.
Los funcionarios de Biden dicen que menos personas se arriesgarían al peligroso viaje hacia el norte si se abordan los desafíos económicos, políticos y de seguridad en Honduras, El Salvador y Guatemala.
"La migración debe entenderse en contexto, con el aumento del número de migrantes en todo el mundo, incluso de países que recientemente se han convertido en los llamados países de origen de migrantes", dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de Estados Unidos a la VOA por correo electrónico. Hablaron bajo condición de anonimato, un método utilizado a menudo por las autoridades estadounidenses para compartir información con los reporteros sin ser identificados.
El portavoz del NSC escribió que a través del programa de causas fundamentales de la administración, se han creado más de 250.000 puestos de trabajo en la región, y 3 millones de jóvenes están siendo apoyados a través de la educación y la capacitación laboral.
"Como resultado de estas inversiones en la región, hemos visto una disminución [porcentual] de dos dígitos en las personas de Centroamérica que tienen la intención de migrar", dijo el portavoz del NSC.
Los números fronterizos fluctúan
Según un análisis realizado en abril por la organización de derechos humanos Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), en diciembre se registró el mayor número de detenciones mensuales en la frontera desde el año 2000, pero esas cifras se redujeron a la mitad en los tres meses siguientes.
Algunos republicanos han criticado el plan de Harris para Centroamérica, argumentando que es ineficaz o que se centra demasiado en la ayuda exterior en lugar de la seguridad fronteriza. Dicen que Harris se ha centrado demasiado en soluciones a largo plazo en lugar de en los flujos migratorios fronterizos inmediatos.
Mientras Estados Unidos busca estrategias para responder al creciente número de migrantes que huyen de la pobreza, la violencia y otros desafíos en la región centroamericana, Ruiz Soto dijo que los gobiernos de los países del Triángulo Norte deben comprometerse con una gobernanza basada en la rendición de cuentas, la transparencia y el desarrollo.
“Se requiere fundamentalmente que Guatemala, Honduras y El Salvador pongan más de lo que hace Estados Unidos para tratar de incrementar las condiciones que tienen. Uno, en financiación, pero también en asistencia política y voluntad política para cambiar las instituciones”, afirmó.
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