Sonará un poco exagerado, pero de vez en cuanto se siente un poco de mareo. Pensé que se debía al viaje, a las pastas o a los postres que aquí sirven en cada esquina y en cada café, pero según los habitantes es una reacción a los mínimos temblores.
En abril de este año, la ciudad fue sacudida por un terremoto de 6,3 grados en la escala de Ritcher, más de 300 personas murieron y más de 60.000 quedaron sin hogares.
Aquí se reunirán los jefes de estado de las ocho naciones más fuertes del planeta y este pequeño punto en Italia, aún sigue temblando.
El jueves dos de julio, se sintió un temblor. Según el Instituto Italiano de Geofísica y Vulcanología, el fenómeno tuvo una intensidad de 4,1.
Otro temblor se sintió el cuatro de julio, esta vez con una intensidad de 3,2 grados.
La preocupación es que los temblores se están sintiendo con mayor frecuencia cuando faltan pocas horas para la reunión.
Si llegará a temblar ya existe un plan de evacuación para los líderes que asisten. Se han dispuesto dos helipuertos, además de una zona especial del aeropuerto de Preturo que está a solo un kilómetro de la sede.
Muchos de los asistentes, en especial los mandatarios, llegaron en sus propios aviones e incluso algunos han llegado en helicópteros como medida preventiva.
La evacuación para periodistas y delegaciones será por carretera, anunciaron los organizadores de este magno evento.
L’Aquila, la ciudad de los temblores
Todo listo para la reunión del G8, ya hay un plan de evacuación y los temblores continúan sintiéndose.