A lo largo de la historia de la tecnología hemos pasado por una gran diversidad de soportes de medios: desde el clásico disco de vinilo hasta las cintas VHS, las desaparecidas Beta o incluso el ya casi extinto disquete de ordenador.
Ahora una tecnología más antigua que los DVDs y los Blu Rays intenta apartar del mercado a la competencia para convertirse en el futuro estándar de almacenamiento de medios.
Se trata de la memoria sólida, y ya son varias las compañías interesadas en favorecerla.
Las cámaras digitales, teléfonos móviles, memorias USB e incluso los ordenadores portátiles más modernos las utilizan. Y es que en los últimos años los precios de la memoria sólida han bajado de manera exponencial gracias a las mejoras en los procesos de producción.
En el 2004 comprar una tarjeta SD de 128 MB para un teléfono móvil podía costar más de US $50. Ahora mismo una simple búsqueda en internet muestra tarjetas MicroSD (de dimensiones considerablemente reducidas) y 4 GB de espacio a tan solo US $10. Estamos hablando de un tamaño 6 veces mayor, a un quinto del precio de la anterior en tan solo 5 años.
Y la tecnología sigue avanzando. Ya existen tarjetas SD de 32 GB y memorias USB de hasta 128 GB, con planes de extenderse hasta alcanzar los 2 TB (2.000 GB de memoria) en un año por parte de compañías como Panasonic y San Disk.
Las ventajas de este tipo de memoria sobre los CDs y DVDs son innumerables. De entrada estas tarjetas permiten agregar y quitar archivos rápidamente sin tener que grabar un nuevo disco. Además al no contener partes móviles (como el mecanismo que da vueltas a los CDs y DVDs) no consumen tanta energía y son mucho más rápidos.
Las cámaras de video digitales son un buen ejemplo: permiten grabar varios minutos de video en alta definición sin agotar la batería de la cámara y sin el miedo de borrar lo que hubiera anteriormente en una cinta o tener que rebobinar.
En el caso de los ordenadores portátiles, existen opciones de equiparlos con memoria sólida integrada que, aunque todavía muy cara, le permiten al sistema consumir menos energía y realizar las tareas con mayor velocidad.
Pero hasta ahora sólo he comentado las memorias sólidas como almacenamiento personal. ¿Qué ocurre cuando estos sistemas se utilizan para vender películas o programas?
Disney Japón anunció esta semana su plan de vender algunas de sus películas en DVD junto con una tarjeta MicroSD. En este dispositivo del tamaño de una uña de la mano se contiene la misma película para reproducir en teléfonos móviles o reproductores portátiles.
Además existen ya desde hace un tiempo también en Japón las tiendas de alquiler de películas que permiten introducir una tarjeta SD propia y guardar la película alquilada en ella, que automáticamente se bloqueará cuando el tiempo de alquiler se expire.
Los programas para computadoras también se benefician de esto. Según la web de tecnología CNET, Microsoft podría vender su nuevo sistema operativo Windows 7 en memoria USB, lo cual facilitaría su instalación en ultra-portátiles que no dispongan de lector DVD.
¿Qué opinan ustedes? ¿Creen que el sucesor del DVD y del Blu Ray acabarán siendo las memorias sólidas?