El gobernador de Mississippi, Phil Bryant, no vaciló en firmar una ley que permite a grupos religiosos y algunas empresas privadas negar servicios a la comunidad gay y transgénero.
Los opositores consideran que la decisión generará una serie de demandas contra el estado, pero al paracer eso no le preocupa al gobernador Bryant, quien dijo que la ley protegía la libertad religiosa.
En cambio otros estados, como Georgia y Carolina del Norte tuvieron que vetar leyes parecidas debido a la fuerte presión de las empresas que se oponían a legislaciones que consideran son discriminatorias.
Con la nueva ley, "la gente puede no solo creer en lo que cree sino también actuar de manera acorde con sus creencias y no violar su conciencia", dijo el legislador republicano Andy Gipson, uno de los promotores de la norma.
Por su parte, el secretario de Justicia Jim Hood, que es demócrata, dijo que de haber demandas tomará sus decisiones "caso por caso", y advirtió que la nueva norma no invalida leyes federales ni derechos constitucionales.
Cabe recordar que la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el matrimonio gay en todo el país.