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La peligrosa tarea de cubrir elecciones locales en México


Periodistas mexicanos protestan en una vigilia el 22 de marzo de 2018 en el primer aniversario del asesinato en Ciudad Juárez de su colega Miroslava Breach.
Periodistas mexicanos protestan en una vigilia el 22 de marzo de 2018 en el primer aniversario del asesinato en Ciudad Juárez de su colega Miroslava Breach.

México fue señalado en 2019 como el país más peligroso para los periodistas, junto con Siria, y se mantiene en la lista de las naciones menos seguras para reportar.

México es un país peligroso para los periodistas, y en el camino hacia las elecciones parciales del domingo, donde la población salió a votar por candidatos a puestos de todos los niveles, su profesión era de las más expuestas.

En un país donde las elecciones tienen una tradición de violencia, el riesgo es evidente.

“Sabemos que cuando hay demasiada violencia, los periodistas que cubren elecciones se convierten en blancos también”, dijo Jan-Albert Hootsen, el representante de México en el Comité para la Protección a los Periodistas (CPJ).

En abril, el grupo publicó un “manual de seguridad para los periodistas” solo para las elecciones en México, debido a hostigamientos, intimidaciones por internet y asesinatos. Cinco periodistas fueron asesinados en 2020, uno fue muerto a tiros en mayo y otro sobrevivió un ataque con arma blanca.

México emergió como uno el país más peligroso para los periodistas, junto con Siria, en 2019, y se mantiene en la lista de las naciones menos seguras para reportar. El CPJ registra 15 periodistas desaparecidos desde 2006 y al menos 10 asesinados en los últimos tres años.

“En México, los periodistas, especialmente los que cubren el crimen, la corrupción, los abusos de poder por las autoridades y el narcotráfico, tienden a ser extremadamente vulnerable a las amenazas, específicamente de las bandas criminales, pero también de políticos que pueden estar involucrados con esas pandillas criminales”, dijo Hootsen.

“Y eso es un fenómeno que vemos en todo el país”.

Una guerra constante

El periodista Luis Raúl Aguilar Pérez fue herido de gravedad el 21 de mayo en su estado de Guanajuato, donde cubre la política local. Dijo al CPJ que su asaltante trató de degollarlo.

“Cubrir la administración mexicana es como estar en una guerra constante para defender la libertad de expresión ante ataques contra tu vida, ataques digitales que dejan a los medios sin herramientas para trabajar, intimidaciones o incluso el riesgo de perder la propia vida”, dijo Aguilar a la Voz de América.

Aguilar es el fundador y director de Penjamo.biz, que en mayo publicó información sobre una demanda criminal que involucraba a un político local.

“Hasta ahora, se considera que las causas del ataque estuvieron relacionadas con algo personal o por las actividades que desarrollo en los medios. En cualquier caso, es difícil en México aclarar casos como este”, agregó.

Muy pocos arrestados o condenados

Raramente alguien es responsabilizado por la violencia.

“La tasa de impunidad de crímenes contra la prensa es superior al 90%, lo que significa que menos del 10% de las personas que cometen crímenes contra la prensa son arrestados y condenados”, dijo Hootsen. “Con una tasa de impunidad de esta magnitud, cualquiera que quiera hacer daño a un periodista, que quiera cometer uno de esos crímenes, tiene un incentivo muy poderoso”.

La violencia en línea dirigida a periodistas ha ido aumentando desde hace varios años. En 2017, la organización sin fines de lucro Citizen Lab reportó que el gobierno mexicano había intimidado a 10 periodistas y defensores de los derechos humanos de enero de 2015 a agosto de 2016.

Los periodistas estaban todos investigando reportes de corrupción oficial en altos niveles o participación del gobierno en abusos de los derechos humanos. Estas personas recibieron mensajes de texto con mofas personales o sexuales, advertencias de secuestro, entre otras amenazas.

Debido a la violencia de pandillas y la corrupción en el gobierno, los periodistas a menudo no saben de dónde vienen las amenazas, lo que les dificulta tomar precauciones.

“Incluso si se toman medidas para mantenerse seguros, son una ilusión. Cuando alguien se convierte en un blanco, no hay ejército que proteja a nadie”, dijo Aguilar.

Aun así, Hootsen dijo que los periodistas pueden crear su propia red de seguridad.

“Cuando reporten una elección, traten de estar en contacto con sus colegas. Traten de asegurar que otros saben dónde están, lo que están haciendo, y saber a quién llamar si se presenta un problema”, dijo.

A pesar de los riesgos, Aguilar se consuela en la creencia de que los mexicanos aún respetan y responden al periodismo que responsabiliza a los políticos por sus acciones.

“Lo único que aún tiene peso en la política mexicana es el clamor público de los ciudadanos. En mi caso, el respaldo de los ciudadanos y otros medios de prensa han sido el factor más importante”, concluyó.

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