Representantes de Naciones Unidas dicen que los palestinos en Gaza se encuentran en un estado de desesperación después de casi tres meses de haber sido golpeados militarmente y dejados sin suministros suficientes de alimentos, agua y medicinas.
"El nivel de desesperación de la gente es palpable y respirable. Es una situación de desesperación que se puede sentir, que realmente se puede tocar con las manos", afirmó Andrea De Domenico, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH, por sus siglas en inglés) en el Territorio Palestino Ocupado.
Hablando desde Jerusalén a los periodistas en Ginebra este viernes, De Domenico dijo que cientos de miles de palestinos están hacinados en espacios cada vez más pequeños y obligados a establecer refugios improvisados en condiciones insalubres y hacinadas, sin baños ni servicios básicos.
"No hay servicios públicos. Hay falta de vivienda, falta de agua, falta de alimentos y falta de salud. Esta alta presión se está convirtiendo cada vez más en una tensión cada vez mayor frente a las Naciones Unidas y frente a la comunidad humanitaria que no puede satisfacer sus necesidades básicas”, indicó.
"(Los palestinos desesperados en Gaza) no son agresivos hasta ahora, pero esta tensión aumentará si no aumentamos nuestras operaciones", explicó, señalando que cuando los camiones de suministros cruzan la frontera hacia Gaza, los palestinos acuden a los camiones, dan gracias a la ONU por venir y luego "toman todo lo que puedan para ellos y sus familias sobrevivir".
La representante de OCHA dijo que su equipo le había dicho que "los rostros de las personas que vienen a los camiones son claramente los rostros de personas que se mueren de hambre".
Este domingo se cumplirán 100 días desde que Hamás y otros grupos armados palestinos lanzaron su ataque contra Israel, en el que murieron 1.200 personas, en su mayoría israelíes, y se tomaron alrededor de 250 rehenes, entre ellos dos niños.
El brutal ataque desató una feroz respuesta del ejército de Israel, que supuestamente ha provado la muerte de más de 23.000 palestinos, alrededor de dos tercios de ellos mujeres y niños, y la destrucción masiva de infraestructura civil, incluidos hogares, hospitales, escuelas y lugares de culto.
"Como ha instado repetidamente el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, debe haber un alto el fuego inmediato por motivos humanitarios y de derechos humanos", dijo la portavoz de Turk, Liz Throssell.
Es más urgente que nunca que haya "un alto el fuego para poner fin al terrible sufrimiento y la pérdida de vidas, y para permitir la entrega rápida y efectiva de ayuda humanitaria a una población que enfrenta niveles alarmantes de hambre y enfermedades", dijo, y añadió que las Fuerzas de Defensa de Israel "deben tomar medidas inmediatas para proteger a los civiles en total conformidad con la obligación de Israel según el derecho internacional".
Llamado de UNICEF
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se hizo eco de esta petición de un alto el fuego inmediato y duradero, destacando que ésta "es la única manera de poner fin a las matanzas y lesiones de niños y sus familias y permitir la entrega urgente de la ayuda que se necesita desesperadamente".
Hablando desde Jerusalén, Lucia Elmi, representante especial de UNICEF en los territorios palestinos, advirtió que las condiciones en la franja de Gaza (especialmente para los niños) continúan deteriorándose rápidamente.
"A los niños de Gaza se les está acabando el tiempo, mientras que la mayor parte de la ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente sigue estancada entre corredores de acceso insuficientes y capas prolongadas de inspecciones", afirmó.
"Miles de niños ya han muerto y miles más lo seguirán rápidamente" si no se abordan rápidamente los problemas del conflicto, las enfermedades y la desnutrición, añadió.
A modo de ejemplo, señaló que en las dos últimas semanas el número de casos de diarrea entre niños menores de cinco años casi se ha duplicado, pasando de 40.000 a 70.000.
El conflicto, junto con el aumento de la carga de morbilidad y la creciente gravedad de la desnutrición, está poniendo en riesgo de desnutrición aguda grave a más de 135.000 niños.
"La combinación de estos tres problemas más la falta de agua y saneamiento en términos de desnutrición es una de las principales preocupaciones en este momento", afirmó.
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