Las lluvias de poca intensidad que cayeron en las últimas horas lograron apagar gran parte de los incendios forestales en Bolivia, pero aún persisten en menor cantidad en la región amazónica del norte de La Paz.
“La única esperanza que tenemos es en la lluvia para apagar los incendios, pero está lloviendo poco por acá y se han reactivado algunas quemas en las serranías. Como nunca estamos siendo atacados por el fuego y la sequía”, dijo el viernes a AP Gonzalo Óliver, presidente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, confirmó que “gracias a las lluvias ya no se reportan incendios forestales en Santa Cruz y Beni" en el oriente y que las labores de descarga de agua con tres helicópteros y más de un centenar de bomberos están centradas en el norte de La Paz, donde persisten tres focos de calor.
Los violentos incendios de este año se agravaron por la sequía que castiga a gran parte de Sudamérica. En octubre Bolivia reportó más incendios que Brasil, según el monitoreo del observatorio europeo Copernicus. De acuerdo con el saldo de Calvimontes hasta la fecha se quemaron 3,3 millones de hectáreas, 67 % correspondientes a matorrales y pastizales y 33 % a zonas boscosas.
El pronóstico meteorológico anuncia lluvias para el fin de semana en gran parte del territorio boliviano.
De la ayuda internacional solicitada por el gobierno el lunes sólo una treintena de bomberos venezolanos llegaron al norte de La Paz. El gobierno de Luis Arce fue criticado por opositores y activistas por su tardío pedido de ayuda externa. En las marchas de protesta en varias ciudades los manifestantes demandaron la derogación de las leyes que permiten las quemas antes de la siembra, una práctica habitual entre los agricultores.
Varios incendios salidos de control alcanzaron a cinco reservas naturales y han dejado densos mantos de humo en varias ciudades durante días, provocando el aumento de las infecciones respiratorias, la suspensión de clases y demoras en los vuelos.
Las altas temperaturas en el oriente y los vientos contribuyeron a propagar el fuego. La ministra de Salud María René Castro confirmó esta semana la muerte de 13 ancianos y personas con enfermedades crónicas por golpes de calor en la región oriental de Santa Cruz, donde las temperaturas rebasaron los 40 grados Celsius.
Estudios de la organización no gubernamental Fundación Tierra e investigadores privados afirmaron que detrás de los incendios forestales se mueve un negocio especulativo sobre la tierra para expandir la agricultura de exportación.
Los colonos que escapan de la sequía en la región andina se asientan de manera ilegal, queman bosques y presionan para adjudicarse tierras fiscales, muchas de las cuales son vendidas después a empresarios, según las denuncias.
El tablero de incendios mundiales de la organización ambientalista Greenpeace registraba este viernes tres focos de calor en Bolivia, la cifra más baja de la actual temporada.