Un grupo de hipopótamos que se encuentran a lo largo del río Magdalena, la principal vía fluvial de Colombia que recorre gran parte del centro del país, son descendientes de tres hembras y un macho que el narcotraficante Pablo Escobar trajo de un zoológico de Estados Unidos y que escaparon de la hacienda tras su muerte en 1993.
Diana Pachón fue una de las primeras periodistas en documentar la presencia de estos ejemplares en los cuerpos de agua y humedales desde el año 2009, cuando se empezó a reportar con más frecuencia de encuentros entre hipopótamos y humanos en esta zona del río Magdalena.
“Salimos como a las 4 de la mañana a caminar por ese territorio, y ya de repente vi una bola gris con rosado, y me quedé como mirando, y ya esa bola giró la cabeza, y ya era el hipopótamo. Ya después de la alegría de verlo y de comprobar que los hipopótamos se estaban fugando de la hacienda Nápoles, la noticia salió publicada en una revista nacional”, relató Pachón, cronista del medio Casa Macondo.
En la actualidad hay más de 180 hipopótamos en todo el territorio nacional. Diana Pachón ha dedicado más de 15 años a investigar la invasión de estos animales en Colombia.
“En ese lapso de la publicación del artículo mataron al hipopótamo y le preguntan al ministerio de Ambiente qué pasó y ellos dicen que lo mataron y eso fue lo que generó la discordia con ese hipopótamo, que lo bauticé como “Pepe” por la connotación importante de esa palabra, porque Pepe en la historia de Colombia significa: 'perseguidos por Pablo Escobar'".
"Desde ese momento y el primer avistamiento he averiguado más sobre los hipopótamos fugados y he encontrado cosas interesantes”, añadió Pachón.
Se trata de un tema polémico en Colombia, con posiciones a favor y en contra de propuestas como la eutanasia para eliminar la especie declarada como invasora en 2022 por el gobierno colombiano. Esta decisión siguió las recomendaciones del Comité Técnico Nacional de Especies Introducidas y/o Trasplantadas Invasoras.
El informe alertó que en libertad los hipopótamos se están convirtiendo en un problema.
La muerte de Pepe, ordenada por las autoridades ambientales debido a lo que catalogaron como un peligro que podría representar un conflicto entre estos animales y seres humanos, provocó una serie de protestas y discusiones que siguen vigentes e impactan el trabajo de periodistas como Paz.
“No he sufrido directamente un acoso, pero sí en redes sociales a veces cuando publico temas sobre esto, pues aparecen comentarios como 'periodistas sin rigor' o cosas así, pero lo importante es hacer bien el trabajo, entender el problema, y mostrar las opciones que hay para que el lector forme su propia opinión”, explicó el reportero a la VOA.
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