El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no logró en la Cumbre de las Américas que Estados Unidos derogara las sanciones a siete funcionarios por violación de derechos humanos.
Al no ser alcanzado el objetivo de Maduro, para los analistas internacionales el mandatario fracasó en Panamá.
“No triunfó porque no hubo declaración [a favor de Venezuela]”, dijo a la Voz de América Félix Arellano, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Maduro regresó a Venezuela el lunes celebrando un triunfo tras su participación en la Cumbre.
A su llegada, dijo que se está construyendo una “nueva época" para la protección de Venezuela.
Al llegar a Venezuela, Maduro condujo un autobús de transporte público desde el aeropuerto hasta Caracas, similar al que manejó cuando trabajó en el Metro de la ciudad.
Sin embargo, Arellano dudó del supuesto éxito de Maduro en la Cumbre.
“Si el triunfo de Maduro fuera cierto, por qué los demás no adoptaron una declaración alterna. ¿No sería acaso porque no había consenso totalitario? ¿Por qué el Caribe, que ha tenido relación muy estricta con Venezuela por Petrocarible hizo mayor silencio?”, cuestionó.
La VII Cumbre de las Américas no tuvo declaración final al no llegarse a un acuerdo entre los estados miembros, según la canciller y vicepresidenta de Panamá, Isabel de Saint Malo.
Maduro calificó el “breve” encuentro sostenido con su par Barack Obama, al margen de la Cumbre, como “serio y franco”.
“Pudiera abrirse en los próximos días la posibilidad de ir a un proceso de conversaciones con el gobierno de Estados Unidos, y explorar el camino de relaciones de respeto”, dijo Maduro a Telesur en Panamá.
La analista internacional María Teresa Romero coincidió con Arellano, pero resaltó además que la gran ganadora de esta cita hemisférica es la defensa de los derechos humanos.
“El gran triunfador es el tema de los derechos humanos y lo que ocurrió en las cumbres paraleras de la sociedad civil, donde estuvieron venezolanas como Mitzy Capriles y Lilian Tintori”, dijo Romero a la Voz de América.
“Cada vez más los ciudadanos, expresidentes, rectores de universidades, son los que están llevando temas de agenda que los gobiernos no quieren plantear. Se evidencia un rol más amplio de los ciudadanos como vigilantes de la democracia”, concluyó Romero.
