El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el jueves en Moscú que en su visita de tres días a Rusia consiguió firmar nuevos acuerdos petroleros y para la explotación de oro que involucrarán más de 6.000 millones de dólares en inversiones.
El mandatario venezolano no aclaró en un breve video en su cuenta de Twitter los detalles de los contratos.
"Rusia y Venezuela están más unidas que nunca", comentó Maduro, en compañía de varios de sus ministros, tras hacer un corto balance del sorpresivo viaje y la reunión con su par ruso, Vladimir Putin, a pocos días del regreso del mandatario ruso de la reunión del G-20 en Argentina.
En la antesala al encuentro entre ambos presidentes, un asesor del Kremlin adelantó que los líderes discutirían temas de cooperación en materia de gas y petróleo, así como ayuda financiera para Caracas. Pero el gobierno ruso aún no ha informado de los resultados de esas conversaciones.
Maduro apuntó en el video que se firmaron contratos "para garantizar inversiones por más de 5.000 millones de dólares para elevar la producción petrolera con nuestros socios rusos" y también para explotar oro en proyectos mineros que involucran más de 1.000 millones de dólares.
Venezuela acordó además traer desde Rusia unas 600.000 toneladas de trigo y un programa de "asistencia del sistema de armas", según agregó el mandatario.
El Ministerio de Información no respondió de inmediato a una petición de más detalles sobre los acuerdos.
A este posible acuerdo se le suma el pedido de una reunión por parte del Ministro de Finanzas y el presidente del Banco Central de Venezuela de una reunión con el Banco de Inglaterra para discutir la repatriación de unas 14 toneladas en lingotes de oro valoradas en 550 millones de dólares que están en bóvedas de la institución británica.
El traslado del oro se ha demorado, entre otros asuntos, por el costo que tiene asegurar la movilización de los lingotes, que forman parte de las reservas internacionales de la nación miembro de la OPEP.
Una posible mayor cooperación rusa parece fundamental para el gobierno socialista de Maduro, al que le ha sido casi imposible conseguir recursos en los mercados financieros para enfrentar una hiperinflación y la caída de la producción de petróleo a mínimos de casi 70 años.
A pesar de la petición, no queda claro si el banco británico aceptó la invitación, que genera rechazo dentro de algunos sectores del gobierno del país.
Moscú se ha convertido en el prestamista de último recurso de Venezuela. El gobierno ruso y Rosneft han entregado al menos 17.000 millones de dólares en préstamos y líneas de crédito a Caracas desde 2006, según cálculos de Reuters.
Pero a fines de noviembre, el jefe de la petrolera rusa Rosneft, Igor Sechin, viajó a Caracas para reunirse con Maduro y quejarse por los retrasos en los envíos de crudo diseñados para pagar préstamos, dijeron fuentes a Reuters.
La visita del empresario ruso, que no fue informada públicamente, envió algunas señales de la tensión que existe entre Venezuela y Rusia, pese a su cercanía ideológica.