El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, le pide a Estados Unidos nombrar un emisario para hablar de derechos humanos, crisis y paz.
En un discurso, Maduro hizo un llamado al gobierno estadounidense para que se reúna con su gobierno y UNASUR para hablar de la crisis que se dice vive Venezuela.
Lea además: Maduro autoriza guerra en Twitter
El emisario por parte de Venezuela sería el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello.
Según Maduro, el objetivo es "sentarnos y vernos las caras y hablar con respeto a la paz entre iguales".
Ante civiles y militares congregados en una explanada castrense de Caracas, Maduro hizo un llamado al presidente Barack Obama y habló de “un plan de golpe de estado”.
“Con todo respeto te digo (Obama) sé que en tu despacho está ese conjunto de recomendaciones, algunas de ellas extremistas”, dijo Maduro mencionando que la información de un “golpe” la recibió desde el interior de la Casa Blanca.
El mandatario venezolano advirtió a Obama que su muerte y derrocamiento podría desencadenar una crisis en la región.
Desde el inicio de las protestas el 12 de febrero, Maduro acusa a Estados Unidos de financiar la oposición, algo que ha sido rechazado por Washington.
En un discurso, Maduro hizo un llamado al gobierno estadounidense para que se reúna con su gobierno y UNASUR para hablar de la crisis que se dice vive Venezuela.
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Según Maduro, el objetivo es "sentarnos y vernos las caras y hablar con respeto a la paz entre iguales".
Ante civiles y militares congregados en una explanada castrense de Caracas, Maduro hizo un llamado al presidente Barack Obama y habló de “un plan de golpe de estado”.
“Con todo respeto te digo (Obama) sé que en tu despacho está ese conjunto de recomendaciones, algunas de ellas extremistas”, dijo Maduro mencionando que la información de un “golpe” la recibió desde el interior de la Casa Blanca.
El mandatario venezolano advirtió a Obama que su muerte y derrocamiento podría desencadenar una crisis en la región.
Desde el inicio de las protestas el 12 de febrero, Maduro acusa a Estados Unidos de financiar la oposición, algo que ha sido rechazado por Washington.