Paul Manafort, el expresidente de la campaña de 2016 del presidente Donald Trump, se declaró inocente el jueves en Nueva York de cargos de fraude hipotecario que podrían mantenerlo en prisión si Trump lo perdona por delitos federales descubiertos durante la investigación de la interferencia electoral de Rusia.
Manafort, con un uniforme azul de cárcel y esposado, caminó cojeando acompañado de oficiales de la corte por un pasillo público hacia y desde la sala de audiencias. La semana pasada fue trasladado a un centro de detención federal en Nueva York para su comparecencia en el caso estatal.
Manafort permaneció sentado cuando hizo su declaración y tuvo que ser ayudado a levantarse de su silla cuando lo sacaron de la sala. En su última sentencia federal en marzo, usó una silla de ruedas debido a un padecimiento de gota.
Manafort, de 70 años, cumple una condena de prisión de 7 años y medio por engañar al gobierno de Estados Unidos sobre su lucrativo trabajo de cabildeo en el extranjero, por ocultar millones de dólares a las autoridades fiscales y por alentar a testigos a mentir en su beneficio.
Manafort debe volver al tribunal en el caso estatal el 9 de octubre. Sus abogados preguntaron si podía saltarse las audiencias previas al juicio. El juez Maxwell Wiley dijo que lo decidirá audiencia por audiencia.
El fiscal del distrito de Manhattan, Cy Vance Jr., anunció los cargos estatales en marzo, solo minutos después de que Manafort fuera sentenciado en el segundo de sus dos casos federales, y dijo en una declaración en ese momento: "Nadie está más allá de la ley en Nueva York".
Los casos federales de Manafort fueron subproductos de la investigación del fiscal especial de Robert Mueller sobre la influencia rusa en las elecciones de 2016, pero un juez que presidió uno de ellos dejó en claro que no tenían nada que ver con la interferencia electoral de Rusia, sino más bien con los años que Manafort tenía de "burlando el sistema".
La acusación de 16 cargos de Nueva York alega que Manafort proporcionó información falsa y engañosa al solicitar préstamos hipotecarios residenciales, a partir de 2015 y hasta tres días antes de la toma de posesión de Trump en 2017. También está acusado de falsificar registros comerciales y de conspiración.
Parte de la presunta conducta descrita en la acusación de Nueva York se hace eco de los cargos y el testimonio en el caso de fraude fiscal federal de Manafort, y se espera que sus abogados impugnen el caso alegando "doble riesgo", un procedimiento de defensa en la ley estadounidense por la cual una persona acusada no puede ser enjuiciada nuevamente por los mismos cargos y delitos o similares.
Los fiscales de Manhattan sostienen que su caso está a salvo de un desafío de doble riesgo porque el fraude hipotecario y la falsificación de registros comerciales son delitos estatales, pero no delitos federales.
El presidente puede perdonar los delitos federales, pero no los delitos estatales.Trump ha dicho que se siente "muy mal" por Manafort, pero no ha pensado en perdonarlo.
Nueva York actualmente tiene fuertes protecciones contra el doble riesgo, pero en mayo los legisladores estatales aprobaron un proyecto de ley destinado a garantizar que los fiscales estatales pudieran presentar cargos contra cualquier persona a quien se le otorgue un indulto presidencial por delitos federales similares. El gobernador demócrata Andrew Cuomo apoyó la legislación, pero aún tiene que firmarla.
Manafort fue enviado a una prisión federal en Pennsylvania después de su última sentencia federal en marzo.
Se esperaba que lo trasladaran a la notoria prisión de Rikers Island en la ciudad de Nueva York para el caso del estado, pero sus abogados se quejaron ante los funcionarios de la prisión federal de que su salud y seguridad podrían ser amenazadas allí.
Junto con las condenas federales de Manafort, el gobierno de Estados Unidos confiscó dos de sus propiedades en Manhattan y las puso a la venta. Su apartamento en Trump Tower, un dormitorio con vistas panorámicas de Central Park, está cotizado en 3.600 millones de dólares.