El megaproyecto, que mejoraría las perspectivas de energía, paz y medioambiente de la región, fue propuesto por una asociación de 40 ex líderes de gobierno y jefes de Estado y el Instituto de la Universidad de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud.
Los autores incluyen al ex primer ministro jordano, Abdel Salam Majali y Moneef R. Zou'bi, respectivamente el presidente y director general de la Academia Mundial Islámica de Ciencias.
Ambos señalaron que el innovador Canal del Mar Rojo ofrece el potencial para asegurar el bienestar humano, además de promover la estabilidad regional.
Durante años, Israel, Siria y Jordania han desviado más del 90 por ciento del flujo hacia el sur del río Jordán para fines agrícolas e industriales, estrangulando al Mar Muerto, el punto más bajo del planeta.
Esto causa "graves consecuencias negativas en el ecosistema, la industria, y la vida silvestre en la zona ", dice Zou'bi. "Debido a la pérdida de agua gradual, el mar se ha dividido en dos lagos separados y su litoral ha retrocedido significativamente. El río Jordán es una sombra de lo que fue".
El Canal del Mar Rojo sería un acueducto parcialmente cubierto a través de Wadi Araba - una meseta seca que se extiende desde el Golfo de Aqaba en el sur hasta el Mar Muerto en el norte.
Llevaría a alrededor de 1,5 millones de metros cúbicos de agua al año, bombeado primero a una altitud de 150 metros sobre el nivel del mar antes de que fluye por un descenso de 580 metros.
No sólo el proyecto de Jordania, Israel y los palestinos restaurarían la mayor parte del nivel de agua del Mar Muerto, sino que generaría hidroelectricidad para alimentar grandes plantas de desalación, aliviar la escasez crónica de agua dulce y ayudar a satisfacer necesidades energéticas.