Cinco cascos azules uruguayos involucrados en el presunto abuso de un joven haitiano fueron procesados con prisión preventiva el domingo 18 de septiembre por la justicia militar de Uruguay.
El procesamiento se produjo 48 horas después de que los marinos, que formaban parte de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah), llegaran a Uruguay el viernes pasado.
El juez militar a cargo de investigar las acusaciones les imputó los delitos de desobediencia y omisiones de servicio, que están tipificados en el Código Penal Militar, según los medios locales. En tanto, el Supremo Tribunal Militar deberá considerar si dar de baja a los cinco cascos azules.
La justicia civil también inició un proceso este lunes 19 de septiembre en base a la denuncia penal presentada por el Ministerio de Defensa.
El caso del presunto abuso trascendió al conocerse un video filmado con un teléfono celular donde se ve a un joven haitiano siendo sostenido por militares en un catre mientras otro uniformado semidesnudo se acerca a él, entre risas generalizadas.
La supuesta agresión sucedió en una base militar en el pueblo de Port Salut, en el sur de Haití, país en el que hay unos 1.200 soldados uruguayos destacados como parte de las misiones de paz de Naciones Unidas.
Informes de la ONU, el Ministerio de Defensa de Uruguay y la Armada uruguaya indicaron que no hubo asalto sexual, pero las imágenes difundidas provocaron una ola de críticas por la conducta de los cinco marinos, que violaron las estrictas normas de comportamiento de las misiones de paz.
El escándalo desatado por el incidente culminó con la destitución del jefe del contingente naval uruguayo en Haití y un pedido de disculpas del presidente uruguayo, José Mujica, a su homólogo haitiano Michel Martelly.
Pese a la rápida respuesta del gobierno uruguayo, el episodio amenaza con dañar la imagen de la Misión de la ONU para la estabilización de Haití (Minustah), que ya se había visto afectada el año pasado al ser responsabilizada de importar una epidemia de cólera que dejó al menos 6.000 muertos.
