El alto costo de vida en Centroamérica sigue en alza con una inflación que podría cerrar este 2022 hasta un 8.7 %, al combinar el efecto acumulado del fenómeno global que comenzó a mediados del año pasado y la crisis desatada por la invasión de Rusia contra Ucrania que ha disparado los precios de hidrocarburos y otros bienes.
Un informe presentado en días recientes por el Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) proyecta que además de la inflación, la recuperación económica a los niveles esperados para este año no podrían cumplirse en concordancia con las proyecciones hechas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
La inflación en la región toca los picos más altos de las últimas décadas al registrarse hasta febrero un promedio de 5.8 % para los países del istmo y algunos con mayores porcentajes, sostiene el informe.
La subida de precios del petróleo y sus derivados, el aumento del costo de materias primas, son los catalizadores para la subida escalonada que se proyecta este año.
“Esta mayor inflación será principalmente impulsada, en primer lugar, por el aumento de los costos en el sector de transporte, y, en segundo, dependiendo de la configuración de la matriz de generación de energía de cada país, será por el aumento de los costos de la energía al interior de la región”, explica el informe.
Tanto el sector de hidrocarburos como el de las materias primas tendrán incidencia directa en “toda la estructura de precios del resto de rubros”, según el estudio del CMCA.
El analista Isaac Cohen, comenta a la Voz de América que la total dependencia del petróleo para los países centroamericanos los pone en situación “realmente complicada”, en contextos como el actual; muy diferente de los países del cono sur, donde buena parte producen hidrocarburo o tienen otras fuentes de extracción de materias primas, lo que le ofrece espacio de maniobra.
“Para los países que no producen petróleo como los de Centroamérica, algunos del Caribe e incluso algunos sudamericanos es muy duro el golpe porque esto significa el encarecimiento de la factura petrolera y hay que usar más divisas para pagarla”, comentó Cohen.
Desde el terreno centroamericano
El economista salvadoreño Carlos Acevedo, exfuncionario del Banco Mundial en Washington, comenta a la VOA que no hay duda que la curva de inflación seguirá en ascenso durante los próximos meses, a la expectativa que la situación en Ucrania se resuelva pronto.
Si el conflicto cesa podría la inflación ir a la baja en el último trimestre del año y estabilizarse a los índices con los cerró 2021, lo que daría espacio para manejar la situación desde políticas públicas.
Pero el otro escenario inquietante –según este analista- es la proyección hecha por el Banco Mundial en concordancia con otros organismos financieros internacionales sobre la eventual entrada a una estanflación [concepto económico que implica la aceleración de la inflación coexistiendo con tasas de desempleo elevadas].
Desde su perspectiva los países centroamericanos, dados los tamaños y los tipos de economías estarían en esa lista que supone un fenómeno económico que es “una combinación de lo peor de los dos mundos; un mundo con inflación y un mundo con desempleo”, explica, sobre un escenario que no se veía al menos en las últimas cuatro décadas.
“La inflación va seguir subiendo por algunos meses (…) pero en un escenario cercano a estanflación que es el que tenemos tendríamos presiones inflacionarias de un 5 a 6% que no es usual para una tasa de crecimiento del 2%”, opina Acevedo.
El Salvador había proyectado una tasa de crecimiento del 3:2% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, el que formularon bajo la premisa que Estados Unidos crecería hasta un 5%; pero con los nuevos ajustes dados por la guerra de Ucrania esas proyecciones han ido en descenso.
El Banco Central de Honduras (BCH) aprobó su Plan Monetario 2022-2023 esta semana donde estima que “dado el conflicto entre Rusia y Ucrania, las perspectivas de crecimiento e inflación mundial están sujetas a una mayor incertidumbre”.
La institución que rige la política monetaria hondureña hace un análisis pormenorizado de al menos tres canales que estarían impactando su plataforma económica por lo que se apresta a plantear posibles soluciones.
El gobierno hondureño considera que los precios más altos de la energía y de los alimentos “provocan mayores presiones inflacionarias”, según explica el documento del BCH, que en consecuencia han comenzado a deteriorar la demanda, a ello suma el menor crecimiento mundial ante las “interrupciones en comercio y cadenas de suministro”, más el endurecimiento en las condiciones financieras.
Al final todos los factores apuntan a “una mayor incertidumbre” y reducción de la confianza de los inversores, expone la institución estatal hondureña.
Invasión de Ucrania no afecta del todo economía de EE.UU.
Las proyecciones de crecimiento para Estados Unidos este 2022, según estimaciones de centros especializados como Bankinter, la sitúan en un 3 % al considerar todos los efectos adversos en el escenario global, la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia no impactaran directamente a la economía estadounidense; pero no es inmune, estiman estudiosos de este centro.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo este miércoles a la Comisión de Servicios Financieros del Congreso que “los derrames de la crisis acentúan las debilidades económicas en muchos países que ya enfrentan el peso acrecentado de sus deudas y opciones limitadas a medida que se recuperan” de los efectos de la pandemia del COVID-19.
Otros expertos creen que la estanflación ha vuelto a la mesa de análisis al ver cómo se cruzan las variables que podrían estar detrás; entre estas las ayudas durante la pandemia para mantener a flote la economía, luego la llegada de la crisis de la cadena de suministros y actualmente la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia.
En un artículo de opinión el profesor Eric Adams, de la Escuela de Economía de la Universidad canadiense de Ryerson, dice que “durante la pandemia, inyectamos miles de millones de dólares a las economías y no pensamos en las consecuencias. Además, no podríamos haber previsto el efecto de los cortes de la cadena de suministro y la guerra en Europa. Sumados todos los factores, los precios solo tenían una salida: ir hacia arriba, mientras el PIB en muchos países se desinflaba”, sostiene.
El contexto actual comprueba –según este académico- que la teoría económica “suele ser correcta”, al ver que están dadas las condiciones para entrar en una estanflación.
Vuelta al plano doméstico centroamericano
La economista salvadoreña Tatiana Marroquín explica a la VOA que dentro del apretado panorama para las familias que tienen que costearse la vida con la alta inflación, y mayor desempleo, el único que sale beneficiado es el gobierno al superar las proyecciones de recaudación de impuestos, pues el Impuesto al Valor Agregado (IVA) repercute proporcionalmente sobre el precio final.
Sobre este punto el economista Carlos Acevedo dice que en 2021, para poner un ejemplo, El Salvador superó la recaudación tributaria prevista y este año va en la misma dinámica porque la subida de precios “la inflación ayuda a aumentar la recaudación”.
Al poner el ejemplo de cómo el país centroamericano superó los 15.000 millones de dólares en la compras de bienes en mercados extranjeros; también subieron las exportaciones, al igual que las importaciones y “tuvimos récord de déficit comercial de casi el 30 % del PIB el año pasado, nunca El Salvador había tenido un déficit comercial de ese tamaño”, apuntó Acevedo.
Y en el plano doméstico –explica la economista Marroquín- el golpe es mayor porque la inflación y las expectativas de bajo crecimiento caen sobre el rezago que dejó la pandemia que hizo retroceder los indicadores sociales de desarrollo y aumentó los niveles de pobreza y pobreza extrema, en algunos países a más de una década atrás.
“Claro que se ha visto impactado en la población y lo manifiesta, sobre todo porque cuando uno analiza en El Salvador por ejemplo los sectores que más se han visto impactados por la inflación están alimentos y transporte que son dos bienes y servicios esenciales para la vida de la población trabajadora (…) El deterioro de la economía de los hogares ya se dio, ya existe”, opina Marroquín.
Soluciones inmediatas
Para solventar la situación de país en un entorno turbulento, el Programa Monetario 2022-2023 aprobado por el Banco Central de Honduras hace las primeras recomendaciones en política pública para sortear la crisis.
El BCH proyecta mantener la Tasa de Relación Monetaria (TRM) en un 3% y poner énfasis en la colocación de valores de largo plazo más otras iniciativas que le permitirán “evitar mayores presiones inflacionarias y a la vez garantizar los niveles adecuados de liquidez en la economía” hondureña, indica el informe.
Honduras también planea continuar con una política crediticia enfocada en apoyar la actividad económica del país para lo que dispondría de “fondos de garantía disponibles”, tanto del fideicomiso del organismo como de otras fuentes.
El Consejo Monetario Centroamericano (CECMCA) considera que los países de la región han tomado decisiones “coherente de política económica”, no obstante los factores externos siguen generando una presión inflacionaria persistente “que han sido exacerbados por el conflicto ruso-ucraniano, que crean una situación compleja para la ejecución de política económica en el corto plazo”.
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