En medio de un proceso para eliminar las armas químicas de Siria, que era acompañado por Rusia y Estados Unidos, la crisis en Ucrania, y las tensiones entre Washington y el Kremlin, parecen desviar la atención de Siria.
El principal beneficiado, el presidente Bashar al-Assad, incluso podría ser ratificado al frente de su nación si se realizan elecciones presidenciales en los próximos meses, lo que podría provocar más enfrentamientos en ese país.
“Vinimos a garantizar que respaldamos el líder doctor Bashar al- Assad. Hemos venido a decir 'no' a las perturbaciones. El pueblo sirio se está unificando”, dijo Mohamad al-Ghazali, quien participó de unas demostraciones en apoyo a Assad, en Damasco.
El mismo presidente sirio se animó a regresar a la ventana pública durante una reciente visita a un refugio para personas desplazadas por la guerra civil.
“Si hay elecciones, mi sospecha es que la oposición, todas las oposiciones, probablemente no estén interesados en dialogar con el gobierno e inicie otra crisis”, dijo Lakhdar Brahimi, uno de los mediadores internacionales que participa de las conversaciones de paz en ese país.
La fisura provocada por la crisis de Crimea le ha dado un lejano tercer plano a Siria, mientras el Ejército de Assad avanza en su lucha por eliminar a la oposición.
Las tropas gubernamentales parecen haber recuperado el control de varias ciudades que permanecían en manos de los rebeldes. Moscú tampoco ha detenido el suministro de armas a Damasco y apoya firmemente su lucha contra la rebelión armada.
Pero Siria es simplemente uno de los temas abandonados. A medida que las tensiones entre EE.UU. y Rusia continúan, afectan a su paso a otros temas difíciles en el Oriente Medio, incluidas las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear, y las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Ambos son superiores a Siria en la agenda de la política exterior del gobierno del presidente estadounidense Barack Obama.
“Creo que el conflicto diplomático que estamos viendo ahora (entre EE.UU. y Rusia), si persiste, va a tener consecuencias en casi todas las esferas de la política internacional”, sostiene Keith Darden, profesor de la American University.
La última vez que Assad se postuló para la reelección fue en 2007, cuando ganó más del 97 por ciento de los votos. Los analistas dicen que un resultado similar se puede esperar nuevamente.
El principal beneficiado, el presidente Bashar al-Assad, incluso podría ser ratificado al frente de su nación si se realizan elecciones presidenciales en los próximos meses, lo que podría provocar más enfrentamientos en ese país.
“Vinimos a garantizar que respaldamos el líder doctor Bashar al- Assad. Hemos venido a decir 'no' a las perturbaciones. El pueblo sirio se está unificando”, dijo Mohamad al-Ghazali, quien participó de unas demostraciones en apoyo a Assad, en Damasco.
El mismo presidente sirio se animó a regresar a la ventana pública durante una reciente visita a un refugio para personas desplazadas por la guerra civil.
“Si hay elecciones, mi sospecha es que la oposición, todas las oposiciones, probablemente no estén interesados en dialogar con el gobierno e inicie otra crisis”, dijo Lakhdar Brahimi, uno de los mediadores internacionales que participa de las conversaciones de paz en ese país.
La fisura provocada por la crisis de Crimea le ha dado un lejano tercer plano a Siria, mientras el Ejército de Assad avanza en su lucha por eliminar a la oposición.
Las tropas gubernamentales parecen haber recuperado el control de varias ciudades que permanecían en manos de los rebeldes. Moscú tampoco ha detenido el suministro de armas a Damasco y apoya firmemente su lucha contra la rebelión armada.
Pero Siria es simplemente uno de los temas abandonados. A medida que las tensiones entre EE.UU. y Rusia continúan, afectan a su paso a otros temas difíciles en el Oriente Medio, incluidas las negociaciones con Irán sobre su programa nuclear, y las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Ambos son superiores a Siria en la agenda de la política exterior del gobierno del presidente estadounidense Barack Obama.
“Creo que el conflicto diplomático que estamos viendo ahora (entre EE.UU. y Rusia), si persiste, va a tener consecuencias en casi todas las esferas de la política internacional”, sostiene Keith Darden, profesor de la American University.
La última vez que Assad se postuló para la reelección fue en 2007, cuando ganó más del 97 por ciento de los votos. Los analistas dicen que un resultado similar se puede esperar nuevamente.