“Qué es lo peor que me ha tocado vivir? Cuando me dieron mis resultados, que no hubo nadie que me ayudara, en quien me apoyara, en quien abrazarme y no desvanecerme, todo esto lo llevé solo, sufrí, sufrí como no te imaginas, pero no soy nadie para quitarme la vida, solamente Dios”.
En pleno siglo 21, cuando las autoridades presumen que se ha avanzado en la aceptación de las personas con el VIH y en la prevención y tratamiento de la enfermedad, un joven mexicano de 36 años fue despedido de su empleo hace siete meses, cuando el dueño de la empresa en la que laboraba lo envió a que le practicaran un examen médico, sin su consentimiento, y descubrieron que era portador del virus.
“Me los hicieron y yo ni sabía y entonces a raíz de esto me enteré que tenía VIH y sin consentimiento y sin nada. El dueño de ahí me corrió, me corrió del trabajo y aparte de que me corrió lo divulgó a todos los que trabajábamos ahí, no quería que yo me quedara ahí porque le daba miedo de que yo los fuera a contagiar”, dijo el joven.
Este hombre, quien prefiere no dar su nombre por temor a ser agredido o señalado, considera que es necesario que los gobiernos avancen en campañas de prevención y al mismo tiempo haya más elementos para evitar la discriminación
En México hay aproximadamente 220 mil personas que portan el virus, pero el 60 por ciento no lo sabe. Hay 65 mil que reciben retrovirales y 20 mil son portadores sin que hayan desarrollado SIDA.
María Guadalupe Orozco Heredia, coordinadora del Centro de Atención Integral en VIH SIDA, señaló que si bien en México hay avances como el hecho de que toda persona con el virus tenga derecho a medicamentos gratuitos, esto sólo ocurre en las ciudades pues las zonas rurales del país están rezagadas.
Además, en todo el país sigue habiendo violaciones a los derechos humanos, maltratos en hospitales y discriminación.
La activista consideró que se ha fallado en cambiar la percepción de que el SIDA es una enfermedad que sólo afecta a homosexuales.
Juan Jorge Sánchez, presidente de la Organización Salud, SIDA, Derechos y Libertad, con 15 años dedicado a estas labores, dijo por su parte que los enfermos deben enfrentarse a la corrupción que hay no sólo en centros de salud, sino también en organizaciones no gubernamentales.
Según las estadísticas, la población entre 30 y 44 años es la que concentra el mayor porcentaje de personas afectadas. Sin embargo, los jóvenes representan uno de los principales grupos de riesgo de nuevos contagios.
El director del Centro Nacional para la Prevención y Atención del SIDA, José Antonio Izazola, señaló que el mayor reto son campañas focalizadas de prevención, para lo que se necesita un presupuesto cinco veces mayor
En el marco del décimo primer Congreso Nacional de VIH Sida y otras enfermedades de transmisión sexual, el doctor Izazola informó que México tiene una afectación menor que la que nos tocaría por el tamaño de la población, pues se ubica en el lugar 16 de América Latina y el Caribe y 42 en el mundo.
