Los títulos no faltan. Desde los más obvios de la batalla por el congreso, hasta otros que refieren al debate entre los modelos liberal y conservador.
Pero por más que las elecciones legislativas del próximo 2 de noviembre (2010) en Estados Unidos se realizarán en los cincuenta estados de la unión, la alameda de Washington parece ser el sitio elegido por los activistas para medir su fuerza de convocatoria.
Así, tal como lo hicieron los impulsores del movimiento conservador Tea Party, hace algunos días, el último fin de semana fue la oportunidad de los denominados grupos liberales y por los derechos civiles, de marchar hasta el Monumento a Lincoln.
Y si bien las marchas de ambos sectores son anunciadas y definidas como actos sin filiación partidaria, de hecho los apoyos quedan bastante explícitos, sobre todo si se deduce desde el lado de hacia quien están dirigidas las críticas.
Mientras los conservadores, con una agenda económica apoyada en el libre mercado y los reclamos por la reducción de impuestos y un estado más reducido, para salir de la crisis económica, apoyan al Partido Republicano, los liberales se expresan a favor de los candidatos demócratas y en apoyo del gobierno del presidente Barack Obama.
La agenda de los liberales reclama más apoyos del gobierno en particular para los desempleados y si bien coinciden con la reducción de impuestos, reclaman que alcancen solamente a los ciudadanos de menores ingresos.
Animar a las campañas
En medio de ambos extremos, se encuentra un amplio grupo de legisladores Republicanos y Demócratas considerados moderados y hasta independientes, que no reciben muchos beneficios de los movimientos de los activistas y sí algunas críticas.
De todos modos, hay un factor que los activistas son capaces de disparar y que tanto Republicanos como Demócratas valoran y es la capacidad de movilizar y dar ánimo a las campañas.
A un mes de las elecciones y ante el gran descontento de los votantes en general, por la lenta recuperación de la economía, ambos grupos intentan mostrar porque su plataforma es la más adecuada, sobre todo para conquistar a los votantes independientes, que usualmente oscilan en su apoyo y muchas veces viabilizan la victoria de uno u otro partido.
Los conservadores tratan de aprovechar la disconformidad entre los votantes con el estado de la economía, para intentar recuperar el control de la Cámara de Representantes y, si se puede, del Senado para el Partido Republicano.
Los movimientos liberales en cambio, prefieren recordar que la recesión se inicio bajo el gobierno del republicano George W. Bush, y señalar al obstruccionismo de la oposición para reforzar la idea de que el gobierno de Obama no ha hecho más por la falta de apoyo legislativo, y que la mayoría Demócrata en ambas cámaras debe mantenerse.
Precisamente, en la manifestación liberal denominada Una nación unida en el trabajo, el conductor de la cadena MSNBC, Ed Schultz, culpó a los republicanos de impulsar la creación de empleos fuera de Estados Unidos y reducir las libertades y afirmó que “este no es el momento de retroceder, este es el momento de luchar por Estados Unidos".
Por su parte, en el acto organizado días atrás por el conductor de la cadena Fox, Glenn Beck y la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, impulsados por los activistas del Tea Party, bajo la consigna “Recuperar Estados Unidos”, exhortaron a defender lo que consideran valores tradicionales estadounidenses.