La Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes de México reveló que durante 2015, 1 768 inmigrantes dijeron haber sido víctimas de algún delito y 323 aseguraron que fueron testigos de algún ilícito.
En la presentación del informe anual 2015 "Migración en Tránsito por México: Rostro de una Crisis Humanitaria Internacional", se dio a conocer que los migrantes hondureños fueron quienes padecieron un mayor número de abusos, seguidos de salvadoreños y guatemaltecos.
Según el documento, los estados más violentos, ubicados en el sureste mexicano, son Chiapas, Veracruz y Oaxaca.
El 45,7 por ciento de las víctimas señaló haber sufrido una agresión por parte del crimen organizado, en tanto que el 41,5 por ciento reportó que su agresor fue algún funcionario de los distintos niveles de gobierno.
Advirtieron que les alarma el aumento registrado en los delitos atribuidos a autoridades, los cuales llegaron a 45,51 por ciento, representando esto un aumento de 21,35 por ciento, con respecto a los registrados en 2014.
Rita Robles, del Servicio Jesuita a Migrantes, señaló que, de los testimonios recabados en 2015, se calcula que unos 7 mil migrantes fueron desaparecidos por agentes estatales o miembros de la delincuencia organizada.
"Vamos haciendo una clasificación de los delitos, uno justamente es el robo, después sigue la extorsión y después siguen las lesiones, la privación ilegal de la libertad”, dijo Robles.
Las organizaciones sociales lamentaron la falta de registros oficiales sobre migrantes desaparecidos, dado que cifras oficiales del año pasado sólo hablan de 118 desaparecidos.
