A medida que la diáspora nicaragüense se extiende en Costa Rica, la gastronomía del país vecino también se expresa a través de negocios que surgen en el país centroamericano.
Al menos tres restaurantes cuyo menú está basado en recetas nicaragüenses han surgido en el centro de la capital costarricense en los últimos tres años, lo que coincide con la llegada de unos 200.000 migrantes que han dejado su país natal para evadir la crisis social y política que comenzó en 2018 en Nicaragua.
En estos emprendimientos, los nicaragüenses y locales degustan platillos típicos como el gallopinto, que se prepara con arroz y frijoles mezclados; o el vaho, que es una combinación de carne, plátanos verdes y maduros, yuca y que se cocina con las hojas del mismo plátano.
Don Vigorón, uno de los locales surgidos recientemente en Costa Rica, lleva el nombre de un platillo tradicional nicaragüense que contiene una ensalada de repollo, yuca hervida y chicharrones. Todo eso va envuelto en una hoja de plátano.
"La idea surgió a base de un público muy amplio en Costa Rica, que somos los nicaragüenses y, a veces, nos cuesta encontrar lugares donde adquirir nuestros propios productos. En base a eso decidimos traer el vigorón a Costa Rica y vender un vigorón al estilo nicaragüense", contó a la Voz de América, Christian Leonardo Barillas, propietario de Don Vigorón.
La creencia popular en Nicaragua atribuye al plato conocido como vigorón la capacidad de proporcionar vigor o fuerza física al que lo consume.
Barillas considera que la comunidad nicaragüense en Costa Rica es una oportunidad para personas emprendedoras que buscan salir adelante en fuera de su tierra de forma honesta.
"Me siento alegre, satisfecho, orgulloso, con ganas de seguir creciendo, con ganas de todos los días mejorarlo porque cada día se encuentra un detalle que uno puede mejorar. Mi meta no es mantenerme en esta local sino seguir creciendo en Costa Rica y, si es posible, en todo el mundo demostrando la gastronomía rica que tiene Nicaragua", agrega Barillas.
Platos gigantes
En Costa Rica también surgió hace unos meses La Gigantona, otro restaurante de comida nicaragüense en donde se vende gallopinto y fritangas, que son plátanos fritos con carne, o pollo, y ensalada.
Kevin Hernández y Nydia Monterrey, casados y que viven en Costa Rica desde hace cinco años, decidieron emprender con este restaurante.
Su propuesta se basa en el concepto de que los platos son "grandes" en honor a La Gigantona de Nicaragua, una muñeca de al menos dos metros de altura que junto a tamboreros, copleros y al "Enano cabezón" recorren bailando las calles de Nicaragua entre los meses de noviembre y diciembre para alegrar las fiestas de fin de año.
"La gigantona representa sus fiestas, representa algarabía, alegría, colores, muchos colores. Nos gustó mucho la idea porque sabíamos que, además, cualquier nicaragüense que vea una gigantona se va a identificar. El nombre se le ocurrió a Kevin, que es uno de los socios de la gigantona", dijo Nydia Monterrey a la VOA.
"Las porciones son gigantes porque sabemos que al nicaragüense le gustan los platos abundantes". "No somos la primera fritanga nicaragüense en Costa Rica, en San José, así que queríamos entrar al mercado con algo que nos diferenciara de los demás negocios", explica Monterrey.
Estos emprendedores han diversificado su menú con platillos más pequeños, que llaman el "Enano cabezón", también en alusión a unos de los personajes que pululan por las calles de Nicaragua en época festiva.
"Ahora en nuestro menú tenemos dos secciones: la del enano cabezón, que incluye porciones regulares; y la sección de la gigantona, donde uno siempre puede encontrar el gigantaco, la tremenda enchilada, el señor quesillo. Esa fue otra tarea: escogerle los nombres de manera particular a estos platos grandotes", enfatiza Monterrey.
Las fritangas de Eve´s Gourmet
Otro negocio exitoso basado en la gastronomía nicaragüense pertenece a Eveling Morales, una migrante de 30 años. En el restaurante Eve's gourmet, los nicaragüenses encuentran "fritangas", que es plátano frito con carne de res, de cerdo y queso.
Durante una reciente entrevista con la Voz de América, Morales dijo que el exilio ha sido una oportunidad para emprender y cumplir su sueño de tener un negocio de comida.
“Siempre quise tener un restaurante, un lugar grande donde venga gente. Aquí en Costa Rica hay bastante migrante. Nos apoyamos entre nosotros”, dijo Morales, quien estudió gastronomía en Nicaragua.
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