El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, está impulsando una serie de medidas agresivas para remodelar la economía del país desde su toma de posesión el 10 de diciembre y, según altos funcionarios de su administración, está preparado para cumplir su promesa de "dolarizar" la economía.
Milei asume el cargo en un momento en que Argentina está experimentando tasas de inflación muy altas, alimentadas en parte por un gobierno que durante años ha impreso dinero para financiar niveles de gasto público que superan con creces sus ingresos.
Milei, economista de formación, se ha descrito a sí mismo como un “anarcocapitalista” y libertario, y asumió el cargo prometiendo reducir el tamaño del gobierno y tomar medidas drásticas, incluso dolorosas, para lograr la estabilidad económica en Argentina.
“Nuestro país exige acción, y acción inmediata”, dijo en su discurso inaugural. “La clase política dejó al país al borde de la mayor crisis de su historia. No deseamos las decisiones difíciles que habrá que tomar en las próximas semanas, pero lamentablemente no nos dejaron ninguna opción”.
Acción rápida
En los días posteriores a su inauguración, Milei comenzó a implementar las medidas que él cree que requiere la economía del país, incluida una devaluación inmediata del peso, la moneda argentina, en un 54 % frente al dólar estadounidense.
Al mismo tiempo, el gobierno de Milei canceló las medidas de control de precios implementadas por su predecesor y anunció que también se recortarían los subsidios al combustible y al transporte. La respuesta fue un fuerte aumento de los precios al consumidor, en un momento en que la inflación ya era muy alta.
Milei también anunció la consolidación de los ministerios del gabinete de 18 a nueve, y el número de secretarías (áreas de autoridad por debajo del nivel de los ministerios gubernamentales) de 106 a 54. Su administración también canceló muchos contratos laborales públicos y recortó drásticamente la publicidad gubernamental en los medios de comunicación.
Las futuras propuestas de reducción de costos incluyen reducir los pagos de transferencias del gobierno central a los gobiernos provinciales del país y cancelar nuevos proyectos de infraestructura.
Efectos a corto plazo
El efecto inmediato de las políticas de Milei será acelerar la tasa de inflación, que ya supera con creces el 100 % anual. Con la devaluación del peso y la eliminación de los controles de precios, los argentinos comunes y corrientes probablemente se apresurarán a convertir rápidamente sus pesos existentes en bienes tangibles o moneda extranjera, lo que acelerará aún más los aumentos de precios.
Los funcionarios del gobierno de Milei han caracterizado estos pasos preliminares como medidas de emergencia destinadas a eventualmente romper el ciclo de inflación vertiginosa, en gran parte reduciendo el déficit fiscal del gobierno.
Sin embargo, los expertos advierten que con una economía muy desordenada como la de Argentina, las medidas que podrían funcionar para sofocar la inflación en circunstancias normales podrían no ser tan efectivas.
Se acerca la 'dolarización'
Milei sorprendió a algunos observadores al nombrar a Luis Caputo como ministro de Economía. Caputo, expresidente del Banco Central de Argentina, parecía una elección poco probable, dado que otra de las promesas de campaña de Milei había sido acabar con el Banco Central del país.
Al principio, muchos especularon que tener a Caputo a cargo de la economía indicaba que Milei no había tomado en serio el retiro del peso argentino y la adopción del dólar estadounidense como moneda del país. Sin embargo, en una entrevista con el periódico La Nación la semana pasada, Caputo confirmó que la dolarización sigue siendo parte de los planes del gobierno.
“El objetivo sigue siendo el mismo: lograr la dolarización”, dijo Caputo al diario. “Es el objetivo del presidente, aquello por lo que hizo campaña. El presidente no miente. Me gustaría que eso quedara claro, porque debemos tener un contrato real con la gente”.
Hoja de ruta hacia el cambio de moneda
Steve Hanke, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins que consultó con el gobierno de Bulgaria sobre un cambio de política similar en la década de 1990 que puso fin con éxito a la hiperinflación en ese país, dijo que existe una hoja de ruta teórica clara para proceder con la dolarización.
“En primer lugar, se debe congelar la oferta de pesos, sin que el Banco Central produzca más nuevos pesos, y se debe permitir que el peso flote libremente sin restricciones frente al dólar estadounidense durante un período de 30 días”, dijo Hanke a la Voz de América en un intercambio de correo electrónico.
"Después de ese período de 30 días, se debe determinar el valor razonable. Entonces, se debe dar el siguiente paso clave. El valor justo en pesos debe usarse como tasa de conversión para convertir todos los activos y pasivos en pesos a dólares estadounidenses. Con ese paso, Argentina estaría oficialmente dolarizada”, explicó.
Preguntas sobre el futuro
Mónica de Bolle, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo a la VOA que no está segura de que Argentina pueda lograr con éxito la dolarización, dada la agitación en la que se encuentra la economía ahora y la probabilidad de que todo empeore antes de mejorar.
"Este es un país que tendrá precios fuera de control y gente en las calles manifestándose, porque la situación será incluso peor de lo que es ahora", dijo de Bolle. “No estoy segura de cómo se mantiene el apoyo político al gobierno de Milei, por lo que es una situación absolutamente caótica. ¿Y en medio de eso vas a intentar adoptar el dólar?”
Señaló que actualmente el Banco Central no tiene suficientes dólares para convertir sus reservas existentes de pesos en circulación.
“Sabes, Argentina ni siquiera tiene los dólares para hacerlo en este momento , y mucho menos en una situación más caótica que la que enfrentan ahora. Entonces, como dije, será un desastre ... Realmente no está claro cómo saldrán de esto”, afirmó.
Dolarizar ahora
El futuro incierto de la economía argentina es un argumento a favor de la dolarización inmediata, dijo Daniel Raisbeck, analista de políticas sobre América Latina en el Instituto Cato, un centro de estudios libertario en Washington.
Cuanto más espere el gobierno, dijo a la VOA, peor será el tipo de cambio justo del mercado cuando la dolarización se vuelva inevitable.
En cuanto a las preocupaciones de que no haya suficientes dólares en Argentina para respaldar el cambio, Raisbeck dijo que grandes sectores de la economía ya están efectivamente dolarizados. Por ejemplo, dijo que el 80 % de las ventas de autos usados se hacen en dólares, y que un porcentaje similar del mercado inmobiliario también.
“Hay suficientes dólares en Argentina. Es más del 50 % del PBI que la gente tiene, ya sea debajo de sus colchones, en cajas de seguridad o en el exterior”, afirmó, citando datos del Instituto Nacional de Estadística de Argentina. “Entonces, los dólares están ahí”.
Si el gobierno establece un tipo de cambio fijo al cual el Banco Central cambiará dólares por pesos, entonces ambas monedas pueden circular simultáneamente en la economía durante un período fijo, mientras el peso se elimina gradualmente.
[Mehmet Sumer, del Servicio Turco de la VOA, contribuyó a este informe]
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