Varios jefes militares de Estados Unidos comparecieron ante la Comisión de los Servicios Armados del Senado, para explicar la epidemia de abusos sexuales en el Ejército.
“Entre los riesgos inherentes al servicio militar nunca debe estar incluido el riesgo a un asalto sexual”, dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto, General Martin Dempsey en su declaración inicial ante la Comisión.
El militar hizo notar que aunque el Congreso ha hecho “recomendaciones razonables” para reformar el sistema de justicia miliar, es recomendable que los comandantes “se mantengan en el centro del proceso legal”.
"No podemos solucionar este problema sin un cambio de cultura en el seno del Ejército", declaró Carl Levin, presidente demócrata de la comisión de Defensa, quien asegura que se debe establecer "una política de tolerancia cero contra los delitos sexuales".
Empero, el jefe del Estado Mayor del ejército, General Raymond Odierno, sostuvo que no se puede sólo crear leyes "para salir del problema” y que el Ejército tiene las herramientas para salir del problema.
"Es imperativo que la cadena de mando funcione completamente y que sea el centro de cualquier solución para combatir los ataques y el acoso sexual. La autoridad de los comandantes es el mecanismo principal para asegurar disciplina, responsabilidad y cohesión de la unidad", dijo Odierno.
Un reporte publicado por el Pentágono el 7 de mayo pasado, reveló que unos 26.000 miembros del Ejército fueron asaltados sexualmente en incidentes no reportados en 2012, un 35 por ciento más que los incidentes en 2010.
Sin embargo, Odierno asegura que la respuesta a la problemática está dentro de la misma institución, y es simplemente cuestión de aplicarla.
"Nuestro sistema militar de justicia fue diseñado deliberadamente para proporcionar a los comandantes las herramientas para asegurar el orden y procesar la mala conducta con una variedad de castigos judiciales y no judiciales de manera que los comandantes no solo puedan procesar crímenes sino infracciones menores que contribuyan a mejorar la disciplina”, argumentó el militar estadounidense.
El escándalo y los resultados de la investigación realizada por el Pentágono obligó al presidente Barack Obama a manifestarse fuertemente en contra de esa práctica. “No voy a tolerar esto…”, dijo. “Si encontramos que alguien está metido en esto, se le va a hacer responsable, se le enjuiciará, degradará, se le hará corte marcial, se le despedirá sin honores. Punto. No es aceptable”.
Otros jefes presentes en la audiencia son el Procurador General del ejército, teniente General Dana Chipman; y el Consejero legal al Estado Mayor Conjunto, General Brigadier Richard Gross.
“Entre los riesgos inherentes al servicio militar nunca debe estar incluido el riesgo a un asalto sexual”, dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto, General Martin Dempsey en su declaración inicial ante la Comisión.
El militar hizo notar que aunque el Congreso ha hecho “recomendaciones razonables” para reformar el sistema de justicia miliar, es recomendable que los comandantes “se mantengan en el centro del proceso legal”.
"No podemos solucionar este problema sin un cambio de cultura en el seno del Ejército", declaró Carl Levin, presidente demócrata de la comisión de Defensa, quien asegura que se debe establecer "una política de tolerancia cero contra los delitos sexuales".
Empero, el jefe del Estado Mayor del ejército, General Raymond Odierno, sostuvo que no se puede sólo crear leyes "para salir del problema” y que el Ejército tiene las herramientas para salir del problema.
"Es imperativo que la cadena de mando funcione completamente y que sea el centro de cualquier solución para combatir los ataques y el acoso sexual. La autoridad de los comandantes es el mecanismo principal para asegurar disciplina, responsabilidad y cohesión de la unidad", dijo Odierno.
Un reporte publicado por el Pentágono el 7 de mayo pasado, reveló que unos 26.000 miembros del Ejército fueron asaltados sexualmente en incidentes no reportados en 2012, un 35 por ciento más que los incidentes en 2010.
Sin embargo, Odierno asegura que la respuesta a la problemática está dentro de la misma institución, y es simplemente cuestión de aplicarla.
"Nuestro sistema militar de justicia fue diseñado deliberadamente para proporcionar a los comandantes las herramientas para asegurar el orden y procesar la mala conducta con una variedad de castigos judiciales y no judiciales de manera que los comandantes no solo puedan procesar crímenes sino infracciones menores que contribuyan a mejorar la disciplina”, argumentó el militar estadounidense.
El escándalo y los resultados de la investigación realizada por el Pentágono obligó al presidente Barack Obama a manifestarse fuertemente en contra de esa práctica. “No voy a tolerar esto…”, dijo. “Si encontramos que alguien está metido en esto, se le va a hacer responsable, se le enjuiciará, degradará, se le hará corte marcial, se le despedirá sin honores. Punto. No es aceptable”.
Otros jefes presentes en la audiencia son el Procurador General del ejército, teniente General Dana Chipman; y el Consejero legal al Estado Mayor Conjunto, General Brigadier Richard Gross.