El presidente Donald Trump se reunió el miércoles con los directores de grandes cadenas minoristas como Target y Best Buy, que están preocupados por un posible impuesto fronterizo a las importaciones.
Trump ha proporcionado escasos detalles de su reforma fiscal, pero dijo que a la gente le va a "encantar" su plan. Les aseguró a los ejecutivos que los impuestos serán disminuidos y simplificados en un vasto proyecto que "será presentado en un futuro no muy lejano".
Los minoristas dijeron que la reunión de una hora fue positiva y productiva, aunque casi no dieron detalles.
En la porción pública del encuentro, Trump no dio indicios de si aún planea imponer un impuesto fronterizo a las importaciones. El mandatario ha amenazado con aplicar el impuesto bajo el argumento de que sería para proteger los puestos de trabajo en las fábricas estadounidenses.
Por su parte, los representantes republicanos han propuesto un sistema fiscal de ajuste fronterizo a las importaciones que ayudaría a reducir las tasas generales de impuestos a las compañías, una política que el gobierno de Trump ha rechazado en ocasiones, aunque también la ha considerado como una posible forma de pagar el muro que desea erigir en la frontera con México.
Los minoristas han advertido que las diversas formas de un impuesto fronterizo podrían provocar un alza de hasta 20% en los precios al consumidor en artículos que van desde la gasolina y los alimentos hasta la ropa.
Casi todos esos artículos que los consumidores estadounidenses compran son producidos total o parciamente en el extranjero, donde los costos de manufactura son más bajos. Y con la competencia en internet y los compradores ya hábiles a la hora de encontrar los mejores precios, los minoristas estadounidenses no han tenido la capacidad de elevarlos en muchos artículos desde hace años.
En la reunión del miércoles participaron los directores de las cadenas Target, Gap, AutoZone, Best Buy, J.C. Penney y Jo-Ann Craft Stores.