El recién instalado presidente de Zimbabue Emmerson Mnangagwa comenzó su discurso inaugural el viernes con elogios para su predecesor y la promesa de celebrar elecciones "democráticas" el próximo año como estaba previsto. Dijo que los zimbabuenses deben evitar " seguir siendo rehenes de nuestro pasado".
Emmerson Mnangagwa fue juramentado el viernes como el nuevo presidente de Zimbabue, poniendo fin a 37 años de gobierno autoritario por Robert Mugabe.
Mnangagwa llamó a Mugabe el "padre de nuestra nación", al tiempo que reconoció que el ex presidente había cometido "errores de comisión y omisión".
El nuevo líder le dijo a la multitud en el Estadio Nacional de Deportes, de 60,000 asientos en Harare, que ahora la "tarea en cuestión es reconstruir nuestro gran país".
Mnangagwa dijo que está comprometido a compensar a los granjeros que perdieron sus tierras bajo el gobierno de Mugabe. Los críticos de Mugabe dicen que el controvertido programa de reforma agraria del país, que obligó a la mayoría de los agricultores comerciales blancos con experiencia a abandonar sus tierras, ha causado hambre en el país que una vez fue considerado el granero del sur de África.
La inauguración presidencial de Mnangagwa hace parte de un giro dramático de acontecimientos. A principios de este mes, el 5 de noviembre, Mnangagwa fue despedido de su puesto como vicepresidente de Zimbabwe en medio de una lucha de sucesión con la esposa de Mugabe, Grace.
Dos semanas después, el político de 75 años asumió el cargo de líder de la nación del sur de África.
Conocido como "el cocodrilo", tiene estrechos vínculos con el ejército de Zimbabue. Entre las muchas pruebas que enfrentará estará la reconstrucción de la economía del país, que quedó destrozada por casi cuatro décadas del gobierno de Mugabe.
El expresidente Mugabe y su esposa, Grace Mugabe, han recibido inmunidad judicial.
Los militares tomaron las instituciones estatales después de que Mugabe, de 93 años, despidiera a Mnangagwa y sugiriera que nombraría a su esposa de 52 años para el cargo.
Los grupos de derechos humanos acusaron a Mugabe de manipular las elecciones, permitir la corrupción a gran escala y ser responsable de la tortura y el asesinato de miles de opositores políticos durante su largo mandato.
El Secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, instó a los nuevos líderes de Zimbabue a garantizar que el país lleve a cabo elecciones libres y justas.
"El pueblo de Zimbabue debe elegir a sus propios líderes", dijo el martes.
John Campbell, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que debido a que Mnangagwa desempeñó un papel tan importante en el gobierno de Robert Mugabe, no prevé un cambio drástico en el estilo de gobierno a corto plazo.
"Sin embargo, el hecho de que haya habido un golpe, el hecho de que Mugabe haya renunciado, abre el abanico de posibilidades", dijo Campbell a la Voz de América. "Si el pueblo zimbabuense aprovechará eso, es demasiado pronto para decirlo".