Los estudiantes universitarios en Estados Unidos participan cada vez más en movimientos ambientalmente favorables, desde los cultivos orgánicos hasta el desarrollo de energía no contaminante, según un grupo que defiende al medio ambiente.
Pero, de acuerdo a un estudio de otra entidad, las universidades no siempre responden a los intereses de los estudiantes en esta materia.
Sophia Maravell trabaja en la granja de su padre Nick durante sus vacaciones escolares.
Él tiene una granja orgánica en Adamstown, Maryland. Este año, ellos plantaron maíz y soya, y también criaron gallinas y ganado.
Sophia es una miembro activa del movimiento orgánico en su universidad.
“Hay un movimiento juvenil enorme, al menos en mi escuela, Colorado College”, dijo. “Y lo he visto en muchas escuelas”.
Sophia dice que el jardín orgánico de su universidad le vende verduras al centro de comida de la escuela.
“Pienso que estamos pensando más allá de lo que los adultos en la sociedad, y pienso que esto es un movimiento global”, dijo.
Sophia ha visitado granjas orgánicas en Europa e India. Ella se queja de que su escuela no ofrece las clases que a ella y otros estudiantes les gustarían tomar.
“Queremos no sólo sentarnos a leer un libro sino más bien poner manos a la obra”, dijo.
Sophia no está sola. Un estudio reciente de la Federación Nacional de Vida Silvestre concluyó que aunque el número de estudiantes interesados en carreras que apoyan la sustentabilidad es cada día más grande, las universidades no están respondiendo a ello.
El estudio titulado “Generación E: los estudiantes lideran para un futuro sustentable con energía limpia” examinó 160 universidades en las que los estudiantes están activos en este tipo de programas.
Julian Keniry, de la federación, dice que este movimiento pro medio ambiente es algo que no había visto desde los movimientos pro paz de las décadas de los 60 y 70.
Keniry dice que los estudiantes han organizado reuniones, abogado por cambios en leyes municipales y promovido la comida orgánica en sus escuelas. Dice que los movimientos juveniles también se han convertido en movimientos políticos que prometen votar teniendo en cuenta cómo han votado los postulados con relación al medio ambiente.