La noticia sobre la muerte de Osama bin Laden fue como un alivio para muchos alrededor del mundo. Como jefe de al-Qaeda, el legado de bin Laden es uno de terror y violencia, desde el ataque al USS Cole, hasta los ataques de septiembre 11 de 2001.
Esos ataques, según afirmó la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, no fueron sólo contra los estadounidenses, aunque ellos sufrieron las mayores pérdidas; los ataques fueron contra todo el mundo.
De hecho, la mayoría de las víctimas de bin Laden eran musulmanes. Dirigentes religiosos musulmanes fueron los primeros en recibir con agrado la noticia de la muerte de bin Laden.
Mohamed Elsanousi es director comunitario de la Sociedad Islámica de América del Norte. Él declaró que se unía a todos los estadounidenses en el agradecimiento al presidente Barack Obama por cumplir su promesa de hacer justicia con Osama bin Laden.
Esperamos que su muerte, agregó Elsanousi, lleve algún alivio a las familias de todas las creencias y medios de vida que perdieron a sus seres queridos el 11 de septiembre y en todos los demás ataques terroristas orquestrados por la mano de Osama bin Laden.
Haris Tarin, director de la oficina en Washington D.C. del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos, declaró sentir un inmenso alivio con la muerte de Osama bin Laden. Destacó que bin Laden se convirtió en el prototipo del caos y el terror, no sólo en los Estados Unidos, sino también internacionalmente.
Las víctimas de bin Laden, continuó expresando, fueron indiscriminadas. A él no le importó si eran musulmanes, o cristianos, o judíos o de cualquier otra fe.
Fue un indiscriminado acto de violencia en el que se involucraron bin Laden y al Qaeda.
Tarin expresó confianza en que la muerte de bin Laden sea preludio de un nuevo capítulo en las relaciones con el mundo musulmán.
Aseguró Tarin que Osama bin Laden y su ideología se convirtió en algo irrelevante en los países con mayoría musulmana y esto lo hemos visto en meses pasados con la llamada Primavera Arabe o los movimientos pro democráticos en el mundo árabe.
Osama bin Laden y sus compañeros terroristas de al Qaeda, concluyó Tarin, no saben ahora cómo responder.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, enfatizó que la historia recogerá que la muerte de bin Laden se produjo en un momento en que ocurren grandes movimientos hacia la libertad y la democracia, en un momento cuando la gente a través del Oriente Medio y África del Norte rechazan los relatos de extremistas y trazan un mapa de progreso pacífico basado en los derechos y aspiraciones universales.
No existe una mejor reprimenda para al Qaeda y su abyecta ideología, dijo.