Las autoridades de Nueva Zelanda están planeando una misión a la Isla Blanca el viernes para recuperar los cadáveres de varias personas que perecieron el lunes en la erupción sorpresiva del volcán Whakaari, mientras la cifra oficial de muertos subió a ocho.
Las cuadrillas de rescate estaban a la espera de mejores condiciones en la isla para hacer la expedición. El miércoles, un aumento de la actividad geotérmica del volcán hizo temer una nueva erupción.
Otras ocho personas están desaparecidas y se presume que están muertas y sepultadas por la ceniza del volcán tras su erupción el lunes.
Más de 20 víctimas en hospitales presentan quemaduras graves y otras siete fueron transferidas a unidades especiales en Australia.
Sin embargo, las autoridades quieren recuperar los restos que quedaron en la isla y el vicecomisionado de la policía, John Tims, confirmó este jueves en un comunicado que se está finalizando un plan para viajar a la isla el viernes.
Otro funcionario policial, Mike Clement, dijo más tarde en una conferencia de prensa que la misión es peligrosa y que el equipo saldrá al amanecer.
El volcán de la Isla Blanca es “altamente volátil” y pudiera hacer erupción otra vez en los próximos días, afirman las autoridades.
La cifra de muertos aumentó a ocho el miércoles cuando dos víctimas rescatadas de la isla fallecieron en el hospital.
Al menos 27 sobrevivientes sufrieron quemaduras en más del 71 por ciento de sus cuerpos y de ellas 22 se encuentran entubadas debido a la gravedad de sus quemaduras.
Las autoridades de salud dijeron que necesitarán 1,2 millones de centímetros cuadrados de piel para trasplantar a los pacientes.
En la isla, aún puede verse una columna de humo saliendo del volcán.
Paseos diarios llevan a la isla, de propiedad privada, a más de 10 mil visitantes cada año y el lugar es promovido como “el volcán marítimo más accesible del mundo”.