La explosión de un oleoducto en el estado de Puebla, en México, dejó unos 27 muertos, incluyendo 12 niños.
Las autoridades estatales en Puebla dijeron que tras la explosión se produjeron “ríos de fuego en las calles”, que destruyeron unas 30 viviendas en un radio de tres kilómetros y dañaron decenas más.
La explosión y el incendio posterior, obligó a los residentes a abandonar sus hogares para salvar sus vidas. Más de 50 personas resultaron heridas.
La empresa estatal petrolera, Pemex dijo que el oleoducto llevaba crudo bajo fuerte presión y que ladrones que trataban de robar combustible, probablemente, causaron la calamidad en la comunidad de San Martín Texmelucan.