Un grupo de mujeres italianas firmaron con sus nombres de pila y la inicial de su apellido o de la ciudad de procedencia una carta dirigida al papa Francisco donde confiesan su amor hacia un sacerdote y le piden al Sumo Pontífice acabar con el celibato.
En la misiva, las mujeres, en un lenguaje muy coloquial, explican su situación personal y señalan romper el silencio en nombre de muchas otras que viven en esa situación de “extremo sufrimiento”.
Las mujeres piden al papa Francisco permita a sus compañeros la posibilidad de mantener su vocación sacerdotal y al mismo tiempo puedan vivir plenamente su amor, sin esconderse.
Aunque la recepción de la carta no ha sido confirmada por el vaticano cuenta con cierto respaldo de veracidad, puesto que se publicó en el diario más antiguo de Italia La Stampa de Turín, a cuyos periodistas el pontífice concedió una entrevista hace algunos meses.
“Nosotras amamos a estos hombres y ellos nos aman y la mayor parte de las veces no se logra romper la relación, aun con toda la fuerza de voluntad posible (...) Cuando, destruidos por tanto dolor se decide por un alejamiento definitivo, las consecuencias no son menos devastadoras y a menudo queda una cicatriz para siempre en ambos”, se lee en la carta.
Finalmente las mujeres agradecieron al papa Francisco e incluyeron un número telefónico con la esperanza de recibir una llamada del Pontífice al que piden que “bendiga nuestros amores, dándonos la felicidad más grande que un padre quiere para sus hijos: verlos felices”.
En la misiva, las mujeres, en un lenguaje muy coloquial, explican su situación personal y señalan romper el silencio en nombre de muchas otras que viven en esa situación de “extremo sufrimiento”.
Las mujeres piden al papa Francisco permita a sus compañeros la posibilidad de mantener su vocación sacerdotal y al mismo tiempo puedan vivir plenamente su amor, sin esconderse.
Aunque la recepción de la carta no ha sido confirmada por el vaticano cuenta con cierto respaldo de veracidad, puesto que se publicó en el diario más antiguo de Italia La Stampa de Turín, a cuyos periodistas el pontífice concedió una entrevista hace algunos meses.
“Nosotras amamos a estos hombres y ellos nos aman y la mayor parte de las veces no se logra romper la relación, aun con toda la fuerza de voluntad posible (...) Cuando, destruidos por tanto dolor se decide por un alejamiento definitivo, las consecuencias no son menos devastadoras y a menudo queda una cicatriz para siempre en ambos”, se lee en la carta.
Finalmente las mujeres agradecieron al papa Francisco e incluyeron un número telefónico con la esperanza de recibir una llamada del Pontífice al que piden que “bendiga nuestros amores, dándonos la felicidad más grande que un padre quiere para sus hijos: verlos felices”.
