La reunión sostenida en Brasília por los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y su visitante, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad no logró ofrecer nada de nuevo.
El encuentro concluyó con Lula da Silva urigiendo a su par iraní a trabajar con la comunidad internacional en busca de una solución a su disputa nuclear. Sin embargo, al mismo tiempo el presidente brasileño instó a la misma propia comunidad internacional a no aislar al régimen de Teherán. Nada que no hubiera sido dicho antes.
El encuentro de ambos mandatarios, realizado con el marco de una manifestación en la capital brasileña en oposición a la visita del presidente iraní, se extendió por tres horas.
Otra vez, Lula da silva, como ha dicho antes y como sostuvo antes de la reunión, defendió el derecho de Teherán a desarrollar un programa nuclear y volvió a insistir en que debe tener fines pacíficos.
"Animo a su excelencia a continuar el compromiso con los países interesados para encontrar una solución justa y equilibrada para la cuestión nuclear iraní", dijo Lula da Silva a los periodistas y autoridades, con Ahmadinejad a su lado.
Tampoco hubo novedad en la posición expresada por Ahmadinejad. El líder iraní volvió a rechazar una propuesta respaldada por la Naciones Unidas para que Irán envíe su uranio a ser enriquecido a Francia y Rusia.
Consultado sobre la iniciativa, Ahmadinejad afirmó que "tenemos la capacidad de enriquecer uranio a 20 por ciento y no hay obstáculo legal, es nuestro derecho. Pero para construir un ambiente de cooperación dijimos que estamos listos para comprar este combustible necesario" en lugar de enriquecerlo.
Sin embargo, dijo que los países occidentales "están haciendo una campaña masiva de propaganda" para impedir que Irán disponga de uranio enriquecido a un nivel más alto.
El ajedrez diplomático tejido alrededor de la visita de Ahmadinejad y la ambición brasileña y en particular del presidente Lula da Silva de articular un diálogo de paz, terminó como había empezado, sin novedades y sin avances. La noticia fue la reunión en si misma y no sus resultados.
El único momento que generó alguna tensión que el presidente iraní superó evitando referirse al asunto, fue cuando el presidente de Brasil defendió la creación de un Estado palestino y el derecho de Israel a existir en seguridad.
En Brasil no faltaron las críticas de alto nivel a la visita del presidente iraní.
José Serra, el opositor gobernador del estado de Sao Paulo y hasta el momento favorito en las encuestas como candidato presidencial para las elecciones del próximo año, dijo que la visita contradice los principios democráticos de Brasil. "Una cosa es relaciones diplomáticas con dictaduras y la otra es darle la bienvenida a sus líderes en tu casa", escribió Serra en una columna de opinión publicada en el diario Folha de Sao Paulo.
Por otra parte, el presidente de Irán tampoco ofreció nada nuevo respecto a un tema que si bien no figuraba en la agenda de la reunión presidencial, había sido presentado a Lula da Silva antes del encuentro: la situación de tres estadounidenses detenidos en Irán desde agosto pasado.
Al referirse al tema Ahmadinejad dijo que “entraron ilegalmente a nuestras fronteras y fueron capturados por las fuerzas de seguridad, no estamos contentos de que cometieron ese gran error. Están en manos del poder judicial y un juez decidirá su situación", añadió.
Ahmadinejad continuará su gira en Bolivia y Venezuela.