Los aviones jumbo, otrora insignia de la aviación moderna, podrían quedarse muy pronto sin pista.
Ni la compañía estadounidense Boeing, que fabrica los 747, ni el consorcio europeo, que construye el Airbus A380 recibieron nuevas órdenes el año pasado, reflejando un cambio fundamental en la industria que ahora prefiere aviones más pequeños.
Una razón para el cambio son los costos de operación. Los aviones de dos motores son más económicos que los jumbos que tienen cuatro motores, así sea que estos últimos pueden llevar por lo menos 525 pasajeros, contra los 150 de un avión de tamaño normal.
El alcance de vuelo, que antes era un tema importante, ahora es casi igual para los aviones pequeños.
Como resultado, la Boeing planea disminuir la producción de los jumbo 747-8, el más nuevo de esa línea, de 1,5 aviones al mes a 1,3, lo cual significa que la producción continuará por dos años y medio más.
Airbus está más optimista, pero reconoce que su avión A380 llena un nicho pequeño. En todo caso tiene 161 órdenes pendientes que le aseguran trabajo por los próximos cinco años.
Las aerolíneas todavía necesitan los jumbo para ciertos vuelos por los círculos polares –en los que un avión de dos motores puede ser menos seguro que uno de cuatro, por la falta de lugares para aterrizar de emergencia.
Actualmente, los fabricantes ofrecen descuentos de hasta 50 por ciento de su precio de catalogo que rondan los $400 millones de dólares por avión.
Un cliente seguro para el Boeing es la Casa Blanca, que ha ordenado dos nuevos jets para servir como Air Force One en la flota presidencial.
La información está basada en un cable de Reuters.