Fitch Rating, una importante agencia de calificación crediticia, mantiene en perspectiva negativa a varios bancos y financieras nicaragüenses, y advierte que la entrega de crédito en el país no se recuperará totalmente en el 2020.
La crisis de los créditos se ha extendido a todos los sectores. Las microfinancieras que atienden a las poblaciones más pobres como a las micro, pequeñas y medianas empresas, han visto reducida su cartera de crédito en al menos 319 millones de dólares, es decir un 39% en relación a 2018 cuando tenían disponibles 550 millones de dólares en préstamos.
Verónica Herrera, presidenta de la Cámara Nicaragüense de Instituciones de Microfinanzas, afirma que el mayor impacto es sobre las familias.
“Dejar de atender a 230 mil familias, eso representa un millón de la población y en este país de seis millones es importantísimo el impacto negativo alrededor de dejar de atender, esto significa que la pobreza podría incrementarse”, aseguró la empresaria.
Los principales créditos que han dejado de solicitar los nicaragüenses están relacionados con necesidades como vivienda y consumo.
Mientras, Fitch Raiting advierte que el alto deterioro de la cartera de préstamos, los préstamos reestructurados y los cargos por deterioro de préstamos serán las principales limitaciones para la recuperación rápida de la rentabilidad de la industria bancaria y financiera del país.
Además, la banca se verá presionada por “la incertidumbre sobre el desempeño de la economía en los años 2020-2021 ante los eventos políticos y sociales prevalecientes en el país, que, en opinión de Fitch Raiting, retrasará la recuperación del crecimiento del crédito y los indicadores financieros en general”.
El economista Enrique Sáenz explicó que, “mientras no se produzca una reactivación económica, tanto empresarios como consumidores seguirán resintiendo el impacto, por tanto los bancos tampoco podrán recobrar su vigor, ni se recuperará el vigor de los créditos, y siempre tendrán dificultades para recuperarlos”.
Pese al drama de la crisis en Nicaragua, las instituciones financieras reportan que existe buena moral de pago de los ciudadanos y que pese a las consecuencias de la recesión económica, han reestructurado sus deudas para poder cumplir con sus compromisos financieros.