A medida que pasa el tiempo, las condiciones de los presos políticos en Nicaragua —incluida la de los siete precandidatos a la presidencia— se agrava más y algunos continúan en condiciones inhumanas y sometidos a torturas en las celdas de máxima seguridad en las que se encuentran, denunciaron sus familiares este jueves en rueda de prensa.
Desde la detención de una treintena de opositores en los últimos meses, esta es la segunda vez que a los familiares se les ha permitido verlos y constatar la condición de salud en la que se encuentran.
La primera ocasión en que se les pudo visitar fue a finales de agosto de este año y en ese momento se denunciaron los constantes interrogatorios a los que eran sometidos los opositores.
En esta ocasión, los familiares destacaron que la mayoría de opositores continúan perdiendo peso y sufriendo debilidad extrema como consecuencia “de una mala nutrición”, y destacaron los casos particulares como el del abogado José Pallais, quien fue ex vicecanciller de Nicaragua durante el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro y el del expresidente del sector privado, José Adán Aguerri.
En el caso de Pallais ha perdido más de 20 kilos y Aguerri, unos 13. Ambos opositores son acusados de violar la Ley 1055, conocida como la Ley de Soberanía, la cual fue aprobada por el oficialismo en 2020.
Los familiares de los reos también denunciaron anomalías en el debido proceso al que enfrentan, como la reunión con sus “defensas técnicas, contrario a lo que dictaron los jueces en las audiencias iniciales”.
“Todas las peticiones presentadas por sus abogados son denegadas o no resueltas. No se ha respetado el debido proceso. Se continúan practicando interrogatorios en ausencia de sus abogados”, denunciaron los familiares de los presos políticos.
No se les permite valoraciones médicas externas
Por otro lado enfatizaron que no se han permitido valoraciones médicas externas con algunos de los reos, pese a que un buen número de ellos tienen enfermedades preexistentes que podrían desarrollar otras afecciones.
Aseguraron que muchos de ellos se encuentran en celdas con las luces encendidas de forma permanente, mientras que otros se encuentran en las “penumbras”.
“No tienen acceso a material de lectura, ni a noticias actuales, u otra actividad que les vincule al mundo y les permita ocupar su mente y su tiempo. Sus celdas permanecen custodiadas, impidiéndoles a través de amenazas la comunicación con otras personas y en algunos casos están confinados en celdas solitarias”, expresaron.
El gobierno de Daniel Ortega -que busca un nuevo mandato con los índices más bajos de popularidad en los últimos años, según una encuesta reciente de Cid Gallup- inició la detención de prominentes opositores desde junio de este año.
En total son más de 30 líderes de oposición arrestados desde entonces, sin embargo desde la crisis del 2018 han sido detenidos más de 100 estudiantes y críticos a la administración de Daniel Ortega.
Varios países como Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá han demandado el respeto a los derechos humanos y la celebración de comicios electorales libres y transparentes.
Ortega por su parte se ha rehusado a escuchar a la comunidad internacional y ha tildado de injerencistas a los países que le hace esas demandas.
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