Un grupo de jóvenes del poblado indígena de Monimbó, en Masaya, Nicaragua, han denunciado al gobierno del presidente Daniel Ortega, por según ellos, sufrir persecución estatal por exigir la dimisión del mandatario que está dirigiendo el país desde hace once años de forma consecutiva. Ortega, de 73 años, es un revolucionario que luchaba contra una dictadura a mando de Anastasio Somoza.
Algunos de los manifestantes que están escondidos por temor a ser apresados, expresaron bajo el anonimato a la Voz de América, que su vida cambió drásticamente después de protestar.
“Yo me uní a esta causa por ver una Nicaragua libre, una Nicaragua donde todos vivamos democráticamente donde no importe la ideología política o religiosa”, declaró un manifestante.
El joven agregó que se sumó a las protestas contra el gobierno en abril al enterarse cómo las fuerzas policiales reprimieron a los manifestantes que pedían que se derogara una reforma al seguro social que aumentaba el aporte de trabajadores y empleadores, así como creaba un tributo ilegal a las pensiones del cinco por ciento.
En los primeros días de protestas por las reformas al seguro social, fallecieron cinco personas y varios universitarios perdieron su ojo por el uso excesivo de fuerza policial.
“A mí todo eso me afectó. Ver cómo la policía mataba al mismo pueblo y la verdad no entiendo a este señor (presidente Daniel Ortega) a decir que todo esto es no es verdad”, prosiguió el manifestante.
Diputado Sandinista niega persecución
Al respecto, el diputado Sandinista Jacinto Suárez, indicó que las acusaciones de los jóvenes son falsas pues según él, “si hay algunos detenidos, esto se debió a que quisieron asestar un golpe de estado al presidente Ortega”.
“Deben de haber algunos presos de Monimbó, a como puede haber de Matagalpa, de León, gente que participó en un intento de golpe de estado”, ha dicho a la VOA, Suárez, asimismo expresó que el pertenecer a una comunidad indígena no te da potestad de tener inmunidad.
La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), y las Naciones Unidas han hecho un llamado al gobierno Sandinista para que frene las detenciones y la persecución a los manifestantes en el país, sin embargo hasta la fecha la lista de detenidos sigue en aumento.