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Nicaragua inicia vacunación "casa por casa" contra COVID-19


Los nicaragüenses esperan en la fila para recibir una dosis de la vacuna COVID-19 en un centro de vacunación en Guasaule, Honduras, el jueves 28 de octubre de 2021.
Los nicaragüenses esperan en la fila para recibir una dosis de la vacuna COVID-19 en un centro de vacunación en Guasaule, Honduras, el jueves 28 de octubre de 2021.

Desde que el COVID-19 apareció en Nicaragua, en marzo de 2020, el gobierno sandinista no decretó cuarentenas ni cerró fronteras.

El gobierno de Nicaragua inició el jueves una campaña masiva de vacunación “casa por casa” contra el COVID-19, incluyendo a niños a partir de los 2 años de edad, a fin de incrementar el índice de inmunización en el país, uno de los más rezagados de América Latina.

En el populoso barrio Milagro de Dios, en el sector oriental de Managua, la ministra-asesora para temas de salud, Sonia Castro, supervisó el inicio de la jornada de vacunación, que según dijo a medios oficiales seguirá siendo “voluntaria y gratuita”. Agregó que la campaña movilizará a “brigadas itinerantes” que se desplazarán a las zonas más alejadas para “vacunar a las familias que por cualquier motivo no puedan llegar a los puestos” de salud donde también se están aplicando segundas y terceras dosis de vacunas AstraZeneca y Sputnik V.

“La orientación del presidente comandante Daniel Ortega es que alcancemos el máximo de protección de vacunación a todas las familias”, expresó Castro. Añadió que en el país hay “suficientes vacunas para el 100% de los nicaragüenses que se quieran vacunar de manera voluntaria y gratuita”.

En una vivienda precaria del barrio Milagros de Dios, un hombre con discapacidad física fue vacunado en su cama por brigadistas de salud. Su esposa, Sara Mejía, dijo a la televisión local que no se habían vacunado por no tener una silla de ruedas para trasladarlo.

Desde que el COVID-19 apareció en Nicaragua, en marzo de 2020, el gobierno sandinista no decretó cuarentenas ni cerró fronteras. Por el contrario, promovió actividades masivas que fueron criticadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) debido al alto riesgo de contagios.

La vacunación en Nicaragua transcurrió muy lentamente entre abril y septiembre, cuando tras un fuerte rebrote el gobierno instaló 1.500 puestos de vacunación y anunció la llegada de más de 7 millones de vacunas cubanas y 3,4 millones fabricadas en Rusia antes de finalizar este año. La vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, aseguró esta semana que ya se ha vacunado al 53% de la población de dos años a más con al menos una dosis.

“Nosotros andamos (tenemos) todas las vacunas del esquema que van a proteger de 2 años a más edad; y también vamos a poner los refuerzos de la Covishield, vamos a poner la segunda dosis de AstraZeneca, la segunda dosis de Sputnik y la Pfizer para las embarazadas. Andamos todas las vacunas que nuestro pueblo necesita”, aseguró Sonia Castro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha autorizado el uso de las vacunas cubanas Abdala y Soberana 2, que en Nicaragua se aplican a niños y jóvenes de 2 a 17 años, ni de las rusas Sputnik V y Sputnik Light, que se administran a personas de 18 a 30 años.

Según el Ministerio de Salud, la pandemia ha dejado en Nicaragua 210 muertes y casi 17.000 contagios, pero estas cifras contrastan con las del Observatorio Ciudadano, una red de activistas y médicos independientes que registra hasta hoy 5.928 fallecidos con síntomas de COVID-19 y más de 31.000 casos sospechosos de la enfermedad.

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