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Nicaragüenses aprovechan vacunas rechazadas por hondureños


Una trabajadora de la salud aplica una vacuna contra COVID-19 a una persona en Tegucigalpa, Honduras. Foto de Oscar Ortuiz, VOA. Foto de archivo.
Una trabajadora de la salud aplica una vacuna contra COVID-19 a una persona en Tegucigalpa, Honduras. Foto de Oscar Ortuiz, VOA. Foto de archivo.

Miles de nicaragüenses de los sectores de Somoto, Ocotal, Chinandega, Estelí y Somotillo, continuaban llegando este miércoles a Honduras en busca de ser inoculados contra COVID-19 con las vacunas de Pfizer y Moderna, que son rechazadas por un buen número de hondureños que se rehúsan a vacunarse.

El viceministro de Salud, Fredy Guillén, dijo a The Associated Press, que contabilizó la cantidad de vacunas que se tienen disponibles en Honduras, después de varias compras y donaciones y eso "nos da la oportunidad de poner a disposición alrededor de unas 500 vacunas diarias tanto para Nicaragua como con otros países vecinos”.

“Tenemos confirmación de más de 5 millones de vacunas desde el mes de octubre, hasta el mes de diciembre; nuestra población está vacunada en un 58% con primera dosis y casi 40% con el esquema completo”, agregó.

El peligro que se corre por la renuencia de los hondureños a vacunarse es que las dosis que hay en existencia puedan perderse por vencimiento y ante esa situación, según algunos, sería mejor donarlas. “Sería terrible que Honduras teniendo vacunas se le vayan a vencer en lugar y es mejor que se hagan uso en una población cercana”, expresó a la AP la directora de Salud de la ONG Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Blanca Munguía. A su criterio, en Honduras hay suficientes vacunas y “el que no se vacuna, es porque no quiere o porque vive en algún lugar de difícil acceso, pero no es por falta de vacunas, entonces mejor que las aprovechen los nicaragüenses”.

Ante este escenario, el gobierno destinó un préstamo de 100.000 vacunas para los ciudadanos de Nicaragua y ordenó instalar puestos de vacunación cerca de la frontera con ese país en la zona de Guasaule, en Choluteca y La Fraternidad en El Paraíso. La noticia generó una llegada masiva de nicaragüenses al municipio de San Marcos de Colón en Choluteca, donde desde el lunes se han aplicado más de 4.000 dosis de la vacuna a los extranjeros.

Los nicaragüenses normalmente no tienen restricciones para ingresar a Honduras, pero por la emergencia del COVID-19 deben pagar 150 dólares por una prueba rápida en los puestos fronterizos y es por eso que muchos prefieren cruzar por puntos ciegos a caballo o en lancha.

Munguía ve con buenos ojos la donación a Nicaragua, pero considera que el gobierno todavía tiene el reto de llegar a la población de más de 2 millones de hondureños que no se han vacunado. “Se deben buscar estrategias urgentes y hacer esfuerzos mayores para llegar a la población que todavía está pendiente”, comentó.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, Honduras ha recibido a la fecha 8,7 millones de vacunas, de las cuales más de cinco fueron donaciones.

Éste fue uno de los últimos países de Centroamérica en recibir las primeras dosis de vacuna y su esquema de inoculación comenzó lento. Sin embargo, posteriormente el proceso se aceleró, tras la llegada de varios lotes de vacunas donadas y compradas.

Honduras cuenta con una población elegible para ser vacunada arriba de los 12 años de más de 7 millones de personas. A la fecha se han aplicado 6,7 millones de dosis a la población elegible, de las cuales más de 4 millones corresponden a primeras dosis y más de 2 millones segundas dosis, según datos de la Secretaría de Salud.

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